DÉCIMA PLAGA

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El proceso iniciado por Jehová para la liberación de su pueblo cautivo en Egipto, culminó con el anuncio de la décima plaga, que sería peor que la horrorosa novena de las tinieblas.

En este caso morirían todos los primogénitos de Egipto y las muertes no afectarían a los israelíes ni a sus animales, tal y como aconteció en las plagas anteriores.

La muerte el primogénito tenía especial trascendencia, pues en el caso de Faraón, era su heredero natural y daba continuidad a la dinastía, además de recibir el doble de la herencia de los bienes de su padre.

Jehová estableció la fiesta de la Pascua y mandó pintar con sangre todos los portales de las casas donde habitaban los israelitas, con el fin de que la muerte no los afectara.

La muerte de los primogénitos tuvo una gran repercusión en el aspecto religioso, porque muchas de las deidades egipcias estaban representadas por animales y su muerte, significaba la manifiesta falta de poder ante el Dios de Moisés y de los israelitas.

Finalmente Faraón tomó una decisión que se recoge en Éxodo 12:31-32 hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. 32 Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.

Faraón no se había arrepentido pero sí admitido su derrota. Culminó así uno de los episodios más extraordinarios de la historia del Pueblo de Israel.

Diego Acosta

1967, LA GUERRA MILAGROSA

BLOG del TIEMPO

A 56 años del episodio bélico conocido como la Guerra de los Seis Días, se reiteran los comentarios acerca de lo extraordinaria que resultó la victoria de Israel.

Tres estados árabes unidos para lograr la aniquilación del nuevo país, sufrieron una derrota con consecuencias que se mantienen vigentes hasta nuestros días.

Incluso hubo quienes afirmaron que la Guerra de Egipto, Jordania y Siria, contra Israel, fue algo sobrenatural, para restituir a los judíos, territorios que les eran propios.

La conquista de Jerusalén, a las tropas jornadas, marcó un punto de inflexión histórico, porque de esta manera la manera fue nuevamente proclamada capital indivisa de Israel, como lo era desde la época de David.

La magnitud de la derrota de los ejércitos árabes, es todavía más destacada, cuando se registraron los documentos de la época y algunos episodios revelados pudieron ser llamados como milagrosos.

Nada sería igual a partir de aquellos seis días, en los que el Estado judío, parecía condenado a desaparecer.

Diego Acosta

OCTAVA PLAGA – I

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El enfrentamiento de Faraón con Jehová comenzó a llegar a su final con el desarrollo de la octava plaga. Jehová mandó a Moisés, junto a su hermano Aarón, para que fueran a la corte con un fin específico.

El Todopoderoso anunció a sus enviados que había endurecido el corazón de Faraón y el de sus siervos, para demostrarles quién era ÉL que se revelaba a través de sus señales.

Esta vez las palabras de Moisés fueron categóricas: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.  La pregunta de Jehová tenía el agregado de la advertencia: Si no se permitía que los israelíes se fueran, enviaría al día siguiente sobre Egipto la langosta.

Las consecuencias serían tremendas: las langostas cubrirían toda la tierra y comerían todo lo que escapó de los daños de la anterior   plaga de granizo.

Además llenarían las casas de Faraón, la de los siervos y las de todos los egipcios, como nunca vieron los ojos de sus padres y abuelos, como nunca hasta hoy. Tras el anuncio se retiraron.

Entonces por primera vez los siervos de Faraón intervinieron para pedirle que aceptara los reclamos de Jehová para que no continuara la destrucción de Egipto.

Faraón aceptó e hizo llamar a Moisés y Aarón y les preguntó quienes serían los que se irían y la respuesta fue que serían los niños, los viejos, sus hijos e hijas, además de las ovejas y vacas para celebrar la fiesta solemne de Jehová.

Ante ello reaccionó Faraón anunciándoles que solamente permitiría que salieran los hombres, sin acceder a que también lo hicieran los niños. De esta manera pretendió asegurarse que regresarían tras la adoración a Jehová, rompiendo el acuerdo y desencadenando la octava plaga.

Diego Acosta

LA GUERRA MILAGROSA

LA OTRA HISTORIA

A las dos de la tarde del 6 de octubre de 1973, Egipto y Siria atacaron por sorpresa a Israel, que recordaba el día de la Expiación, el día más sagrado del calendario judío o el Yom Kippur.

Los primeros días fueron de dramáticas derrotas de quienes defendían el territorio israelí, pero luego se registró la ayuda de Estados Unidos y la guerra cambió de rumbo.

Esto es lo que verifica la historia documentada, que también registra sucesos extraordinarios que se produjeron durante los combates, que dejaron la incontestable verdad de que Dios estuvo junto a su Pueblo.

Esta es la otra cara de la realidad que a través de los años se ha ido comprobando y aumentando con el testimonio de quienes fueron protagonistas de los sucesos inusitados que muchos llamamos milagros.

La Guerra de Yom Kippur fue el cuarto y último enfrentamiento armado entre Israel y algunos estados árabes. Queda como testimonio del Poder de Dios!

Diego Acosta

SIETE PLAGAS SOBRE EGIPTO

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El Proceso iniciado por el Dios Todopoderoso para liberar a su Pueblo de Egipto, se estaba cumpliendo y afectando seriamente el poder de Faraón.

El soberano más poderoso de la tierra solo tenía un problema: Los judíos que habitaban en la rica tierra de Gosén. En contra de lo que había previsto su padre, no se integraron con los millones de habitantes del Reino.

Al contrario de 70 personas crecieron hasta ser cientos de miles y formando un núcleo poderoso, que se mantenía al margen de la vida de los egipcios.

Las siete primeras plagas tuvieron algunos detalles singulares. Las tres primeras fueron anunciadas por Aarón y de ellas  dos pusieron en alerta a Faraón, que fueron la de conversión en sangre de todas las aguas y la presencia de millones de ranas.

La restante, la tercera, llegó sin ser anunciada y fue la de los mosquitos o piojos o pulgas. Faraón lejos de conceder el pedido de los enviados de Jehová, respondió endureciendo su corazón.

En la siguiente serie de tres plagas cambió el protagonista que pasó a ser Moisés, quién anunció las dos que azotarían a Egipto: tábanos y peste que afectó principalmente al ganado. La última llegó sin advertencia ninguna y fue la de las úlceras.

Moisés anunció el hecho sobrenatural que se abatiría sobre Faraón y su Reino: el del granizo gigantesco y el fuego, que desafió toda forma de lógica humana. Granizo y fuego, juntos…

Faraón se tendría que enfrentar a las siguientes pestes, que serían las finales hasta la liberación del Pueblo de Dios.

Diego Acosta