SEXTA PLAGA

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La actitud desafiante de Faraón ante Jehová, provocó un nueva reacción del Todopoderoso. La plaga de las úlceras se inició con el Mandato a Moisés y Aarón.

Era la primera vez que se vería afectada la salud humana y también otra circunstancia en la que los hermanos no tendrían que usar la vara.

Jehová ordenó que tomaran cenizas de un horno y que Moisés la esparciera delante de Faraón. Las cenizas se convertirían en polvo sobre todo Egipto y producirían dos consecuencias: provocarían sarpullidos y úlceras sobre los hombres y también sobre el ganado.

Los hornos que formaban parte de los trabajos excesivos que Faraón imponía a los israelitas, en este caso serían las proveedoras de las cenizas que utilizó Jehová en el cumplimiento de su Orden.

Cuando Moisés cumplió lo establecido por Jehová y las cenizas se convirtieron en polvo, los hombres fueron víctimas de sarpullidos y de úlceras.

El Libro de Éxodo revela que también las sufrieron los hechiceros, que habían dejado de ser mencionados a partir de la tercera plaga. Esto deja en evidencia que Faraón los seguía utilizando a pesar de los fracasos que habían tenido en su lucha contra las plagas.

En el Libro de Apocalipsis se menciona nuevamente al castigo de las úlceras cuando el primero de los siete ángeles derramó su copa cumplió la orden de derramar las siete copas de la Ira de Dios. Apocalipsis 16:2 Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.

Faraón y tal como Jehová había anunciado a Moisés, no escuchó el reclamo de liberar a su Pueblo. Y en este caso fue el propio Dios quién volvió a endurecer el corazón del soberano de Egipto. De esta manera lo entregó a los malignos propósitos de su corazón

Diego Acosta

 

QUINTA PLAGA

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Tras haber sufrido cuatro plagas Faraón, seguía con el corazón endurecido y Jehová mando entonces a Moisés que le anunciara que si mantenía su decisión de no dejar marchar a su pueblo enviaría una nueva plaga sobre el ganado de Egipto.

Por segunda vez se le anunció que habría una distinción: Éxodo 9:4  Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel. Y para refrendar el carácter de milagroso se le hizo otro anuncio, Éxodo 9:5 Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra.

Al día siguiente se cumplió el anuncio que Moisés había formulado en nombre de Jehová. Murió el ganado de los egipcios, pero ninguno de los rebaños de los israelíes.

Faraón mandó comprobar si el anuncio se había cumplido con el Pueblo de Israel en la región de Gosén y los enviados le confirmaron que en sus ganados no había ningún muerto.

No obstante el corazón de Faraón se volvió a endurecer y no permitió la libertad que se le reclamaba. Sin embargo el golpe sufrido fue de una gran magnitud.

Los egipcios rendían culto a algunos animales. En concreto al toro Apis, la  representación del dios Ptah. En algunas regiones se adoraba a las vacas, porque representaban a la diosa Hathor. En esos casos se la simbolizaba con la imagen de una mujer-vaca.

Las pérdidas no solo fueron materiales sino también afectaron algunas cuestiones de gran importancia para los egipcios. Por algunas evidencias, los únicos animales que no murieron fueron los que se encontraban en los establos y no pastando en los campos.

Diego Acosta

PLAGA DE MOSCAS

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A diferencia de las tres plagas anteriores, ya no es Aarón el que ejecutará las órdenes de Jehová, sino que ahora será el propio Moisés el que tendrá a su cargo el anuncio y la ejecución del cumplimiento de lo dispuesto por el Eterno.

Moisés fue temprano y habló con Faraón que acababa de salir del río y le anunció que si no deja salir a los suyos, habría una nueva plaga sobre Egipto.

Pero en este caso, Jehová le anunció que habrá una diferencia entre su pueblo que habita en Gosén y sus súbitos.  Éxodo 8:23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal. Jehová cumplió su anuncio y hubo una molestísima plaga sobre todo Egipto.

Faraón llamó a Moisés y Aarón y les ofreció que los israelíes se marcharan a ofrecer sacrificios a Dios en la tierra. Pero los enviados de Jehová rechazaron y propusieron salir al desierto durante tres días.

Ellos no podían aceptar ofrecer sacrificios al Eterno en medio de la corrupción de Egipto, ni entre los ladrillos que fabricaban ni entre las ollas de carne que cocinaban.

Faraón finalmente aceptó que así se hiciera y pidió que oraran por él y que la plaga de las moscas terminara. Moisés oró a Jehová y el Todopoderoso retiró todas las moscas, pero Faraón no cumplió su promesa de liberar al Pueblo de Dios. Su corazón estaba endurecido por la soberbia y la codicia por las riquezas que le proporcionaban los cautivos.

Diego Acosta

PLAGA DE LAS RANAS

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Jehová ordenó a Moisés presentarse ante Faraón y anunciarle que si no dejaba marchar a su pueblo, le enviaría la señal de las ranas, como muestra de su Poder

Moisés le transmitió esta disposición del Eterno a Aarón, Éxodo 8:6  Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. Los hechiceros hicieron la misma señal, pero Faraón reaccionó, Éxodo 8:8  Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.

Moisés le preguntó a Faraón cuando debería orar para que las ranas fueran quitadas de Egipto y él respondió: Mañana. Así ocurrió, pero Faraón endureció su corazón y no dejó ir al pueblo de Dios.

Los hechiceros pudieron repetir la señal, pero no fueron capaces de quitarlas, como deberían haber hecho. Queda comprobado como la hechicería miente y engaña y aumenta los padecimientos.

El Faraón cedió y prometió la liberación, en su primera actitud en ese sentido. Las ranas murieron al día siguiente y provocaron hedor por su descomposición y exigieron grandes esfuerzos para eliminar sus restos.

Esto debería haber afectado seriamente al pueblo, pues las ranas eran animales sagrados ya que representaban a la diosa Hapi esposa del dios Khum y símbolo de la resurrección y fertilidad.

Pero finalmente Faraón incumplió su palabra, por lo que debemos advertir que solamente un corazón renovado por la Gracia del Señor, es capaz de producir hechos que demuestren ese cambio.

La reincidencia en el pecado se convierte en una especie de norma, en quienes se niegan a obedecer al Altísimo y sus Mandatos. Y no hay libramiento de las consecuencias de estas actitudes.

Diego Acosta

PLAGA DE SANGRE

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En el Libro de Éxodo se nos revela como Moisés y Aarón por mandato de Jehová, pidieron a Faraón que liberara al pueblo israelita. Fue un reclamo y no una amenaza.

Cuando la respuesta fue negativa, la situación cambió. Los que debían ser liberados fueron sometidos a un régimen más riguroso que el que estaban soportando.

Moisés y su hermano Aarón fueron ante Faraón en el momento en el que estaba en el río y le dijeron, según consta en Éxodo 7:17:19 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. 18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. 19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.

Este anticipo tenía el propósito de dejar establecido que lo que ocurrió luego, no fue debido ni a una casualidad ni a cualquier otra circunstancia. El Eterno siempre avisa para dar una oportunidad de cambio de actitud.

Pero los hechiceros hicieron lo mismo y el corazón de Faraón se endureció e ignoró los reclamos recibidos y también el hecho que los enviados de Jehová hubieran convertido las aguas de Egipto en sangre.

El pecado de la soberbia de Faraón fue el responsable de la situación que se enfrentaron los egipcios durante siete días.  Los pozos y las aguas subterráneas aliviaron las penurias del pueblo.

Dos cuestiones deben ser remarcadas: Las aguas no adquirieron el color de la sangre sino que se convirtieron realmente en sangre. Además el Faraón no advirtió el detalle que sus hechiceros repitieron el milagro dispuesto por Jehová, pero no fueron capaces de restaurar el principio fundamental: convertir la sangre en las aguas de las que se servían los egipcios.

Diego Acostasiete días,

LA GUERRA MILAGROSA

 

LA OTRA HISTORIA

La inocultable trascendencia de un enfrentamiento armado a gran escala, convierte en más relevante a los sucesos relacionados con la Guerra de Yom Kippur.

El conflicto se inició con el ataque coordinado por Siria y Egipto a Israel, en el Día de Yom Kippur, la jornada más destacada del calendario judío, que deja literalmente vacías todas las arterias del país.

Tras los éxitos iniciales, los árabes debieron enfrentar la contra ofensiva de los israelíes, que consiguieron mantener las posiciones logradas en la guerra de 1967 y aumentar el control de nuevos territorios.

Estados Unidos y Rusia, lograron un alto el fuego que se hizo efectivo el 25 de octubre de l973 y en 1978, tras la firma de los acuerdos de Camp Davis, Israel devolvió a Egipto el territorio ocupado en el desierto de Sinaí.

Estos son los hechos objetivos, que se vieron amplificados por los que se pueden llamar sobrenaturales y que significaron acciones victoriosas de los israelíes, frente a fuerzas muy superiores, que en muchos casos abandonaron sus posiciones incomprensiblemente.

Acciones que solo pueden explicarse como auténticos milagros que le dieron a Israel la posibilidad de enfrentarse a fuerzas muy superiores, tras la sorpresa inicial del ataque producido el solemne Día de la Expiación.

Diego Acosta

LA GUERRA DE YOM KIPPUR

HACIENDO MEMORIA

Mientras Israel conmemoraba su día más sagrado, el Yom Kippur o el Día de la Expiación, dos países árabes lanzaron coordinadamente un ataque que significó la última guerra de la región.

Siria en el norte, en los Altos del Golan y Egipto, en el sur en el desierto de Sinaí, atacaron las posiciones israelíes, que debieron ser reorganizadas, puesto que se desoyeron las advertencias de un ataque a gran escala.

Los combates tuvieron éxitos iniciales para los árabes, pero con el correr de los días, los israelíes consiguieron equilibrar la situación, hasta que la intervención de las Naciones Unidas, logró un alto del fuego.

Quedaron en evidencia varias cuestiones, aunque la más importante de todas resultaría ser que la superioridad de las fuerzas de Israel, no prevaleció durante el transcurso de la confrontación.

Lo cierto es que el estado judío, consiguió al término de los combates, mantener las posiciones logradas en la guerra de 1967 y también el pleno control de Jerusalén.

La guerra de Yom Kippur, se prolongó hasta el 25 de Octubre de 1973 y sus consecuencias, se prolongan hasta nuestros días.

Diego Acosta