EL BURLADOR

EL ABUELO SALOMÓN

Es sorprendente como las personas que se burlan de los demás, nunca aceptan que nadie les diga algo en el mismo sentido.

Generalmente reaccionan con gestos y palabras que son desmedidos con relación a lo que se les dijo. Qué es lo que provoca estas actitudes?

Es muy difícil comprender porque la disposición a la burla, casi nunca admite contradicciones ni tampoco reacciones. Es como si alguien dijera: Yo me puedo burlar…tú no.

Esta es la raíz del problema: El burlador o el escarnecedor se cree con derecho a obrar como mejor le parezca, sin respetar ni tampoco considerar la sensibilidad de la otra persona.

Ese sentimiento de superioridad se traduce en prepotencia, porque casi nunca un burlador o escarnecedor, aceptará que otra persona pueda burlarse de él.

Quizás haya que pensar que quienes se burlan de los demás, en el fondo tienen miedo de las opiniones y por eso atacan primero y se defienden no aceptando la burla personal.

Una forma de solucionar esta cuestión, es alejarse del burlador o escarnecedor. Así no sufriremos sus ataques ni caeremos en la tentación de responderle.

Diego Acosta

MIEDO AL CAMBIO

DEVOCIONAL

A lo largo de la vida se van presentando situaciones que nos afectan, algunas para nuestro regocijo y otras para perturbación de ánimo. Y algunas más concretas que otras.

El día que por las razones que sea debemos cambiarnos de casa, es un ejemplo claro. Algunas veces nos alegramos y en otras lo lamentamos. Pero en los dos casos nos alteramos.

Es como se hubiera algo en nuestro interior que se resiste a cambiar lo que nos resulta conocido y tenemos miedo a lo nuevo, a lo que nos resulta diferente.

Lo mismo ocurre con otras cuestiones materiales, como suele suceder con el trabajo y también si lo trasladamos a lo más serio y profundo que es nuestra relación con Dios.

Tal vez esto justifique cuánto nos cuesta abandonar al hombre viejo o a la mujer vieja, transformándonos por la obra del Espíritu Santo y ser hombres y mujeres nuevos, nacidos de nuevo.

Seamos sabios y aprendamos la gran lección que nos dio Jesús, porque si nos resistimos a este cambio o nos produce miedo, es porque verdaderamente a pesar de lo que digamos, la Obra del Espíritu no se ha perfeccionado en nosotros.

Juan 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Diego Acosta / Neide Ferreira

A DONDE IREMOS…?

DEVOCIONAL

A donde iremos en la hora de la angustia?

A donde iremos en la hora del miedo?

A donde iremos?

Muchas veces he pensado en que es probable que haya muchas personas que se hayan hecho estas preguntas y aún así, se siguen negando las respuestas.

Me apena profundamente pensar que haya quienes sabiendo de Dios reniegan de ÉL, de su Hijo, de su Mensaje de Salvación, negándose toda posibilidad de ser libres con la Verdad.

Y también pienso cuál es mi parte de responsabilidad en estos dramas personales, que son más dolorosos sabiendo que quienes perseveren por este camino tan equivocado, solo tendrán el dolor eterno.

A donde iremos?

Es necesario insistir que el único lugar al que debemos ir es ante el Trono de la Gloria, para pedir perdón por nuestros pecados, por la soberbia y por el orgullo que nos impide aceptar que nada somos.

Clamo al Eterno para que este Mensaje no se pierda, como tantos otros que no fueron escuchados.

Mateo 25:31
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria,
y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria,

 

Diego Acosta / Neide Ferreira

EL BUEN ÁNIMO

DEVOCIONAL

Cada vez que he tenido que realizar una gestión o debo esperar algo relacionado con mi vida, advierto que la ansiedad me domina y también un cierto estado de nervios.

Que significa esto?

Que mi confianza en Dios no es todo lo grande que debería ser, no es todo lo trascendente que tiene su condición de Todopoderoso.

Por eso es que aun sabiéndolo tengo dudas o hasta miedo. En este punto debo reflexionar para pensar exactamente qué es lo que espero del Eterno.

Más allá de mis humanas necesidades no hay nada más importante que reconocer que si me declaro hijo del Altísimo, debo ser fiel a esa condición y estar plenamente dispuesto a aceptar su Voluntad Soberana.

Lo que surge de esta aceptación es el buen ánimo, porque entonces pienso que no hay nadie que pueda luchar contra las decisiones del Creador. Con esa certeza es necesario obrar cada día.

Hechos 7:25
Por tanto, oh varones, tened buen ánimo;
porque yo confío en Dios
que será así como se me ha dicho.

Atos 7:25
Portanto, ó varões, tende bom ânimo!
Porque creio em Deus
que há de acontecer assim como a mim me foi dito.

Diego Acosta / Neide Ferreira