DAR EL DIEZMO

DEVOCIONAL

Dos hermanos muy buenos amigos míos, sostienen desde hace tiempo una discusión, que por momentos se torna áspera, por la rigidez y vehemencia que ponen al defender sus argumentos.

No por reiterados, ninguno influye sobre el otro, poniendo en duda la necesidad de dar el diezmo y la enérgica oposición de su oponente en la doctrina.

Lo cierto es que todas las veces que he intentado mediar ha sido imposible, porque las posiciones se mantienen irreductibles y hasta diría, que cada vez más enconadas.

La cuestión del diezmo ha sido y es motivo de debate y tengo la certeza de que en el fondo se trata de una actitud del corazón. Hay generosidad o no la hay.

Porque si realmente la hubiera, no sería necesario discutir ninguna postura teológica. Simplemente daríamos el diezmo con alegría en el corazón.

Dios no precisa de nuestro dinero para concretar su Plan para los hombres. Pero sí precisa que haya en nuestro corazón grandeza y no la pequeñez de debatir sobre entregar nuestro diezmo. Solo con esa disposición, entenderemos el mandato de Jesús de ayudar al Prójimo.

Génesis 14:20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

Diego Acosta / Neide Ferreira