Muchas veces me he preguntado, quién es el prójimo…?
Confieso que buscaba una respuesta bastante incierta, porque tenía dificultades para definir quién era esta persona a la que se alude en la Palabra de Dios.
La respuesta, como siempre provino del Espíritu: El prójimo es quién está tu lado…
Seguí pensando…Si lo conociera lo entendería, pero si no lo conozco, cómo puede ser mi prójimo?
Esta clase de dudas revelan el estado del corazón y de nuestra relación con el propio Dios. Si en nuestro interior hay dureza, difícilmente tendríamos intimidad con el Señor, porque lo más probable es que ni la buscaríamos.
Pero, si entendemos que nuestro prójimo es quién está a nuestro lado, es porque en principio entendemos lo que significa ser hijo de Dios…y no un allegado más o menos próximo.
Por crudo que resulte este razonamiento así es en la realidad. Si estamos cerca del Eterno entenderemos quién es el prójimo.
Caso contrario nos debatiremos en mil conjeturas, sin llegar a saber nunca quién es espiritualmente hablando, esta persona que está sentada a nuestro lado o que camina delante de nosotros.
Cuando lo entendamos…oremos por él. Sin saber quién es y tal vez sin saber nunca quién era! Pero oraremos por él y los bendeciremos!
Esta es la gran misión personal: Bendecir al prójimo!
Porque de esta manera estaremos derramando sobre su vida bendiciones que ni se imagina que existen. Y porque tal vez sea la única vez que alguien lo bendiga.
Demos el amor que recibimos inmerecidamente de nuestro Padre!
Desatemos las tremendas fuerzas de la oración sobre la vida de quienes nos rodean. En primer lugar de nuestro prójimo!
Proverbios 3:27
No te niegues a hacer el bien a quien es debido,
Cuando tuvieres poder para hacerlo.
Diego Acosta / Neide Ferreira