ESE MOMENTO…

Hace algún tiempo quedamos asombrados acerca de todo lo que hacemos en un día y de todos los mensajes publicitarios que recibimos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

En este mundo que es tan preciso en algunas cuestiones, el resumen de las estadísticas puede llegar a dejarnos abrumados porque se nos revela a que dedicamos nuestro tiempo en un día.

Tenemos un tiempo para el trabajo, para el ocio, para dormir, para viajar,  para ver orar1televisión, para Internet, para leer, para comer y para otras cosas que ni nos imaginábamos que hacíamos.

Fue entonces cuando descubrimos que faltaba un tiempo…que no se hacía mención en la estadística de ninguna forma y por supuesto tampoco figuraba en los mensajes publicitarios que recibíamos.

Faltaba ese momento que debíamos dedicar a lo estrictamente personal, faltaba el tiempo para la reflexión sobre lo que hacemos y sobre lo que dejamos de hacer.

Y lo que es más grave en las estadísticas no se hacía mención ni siquiera un segundo por día, a ese momento… a ese momento tan especial que le debemos dedicar al Señor.

Podríamos plantearnos que las estadísticas están equivocadas, pero tenemos el temor de pensar que tal vez estén más que acertadas. ¿Cuánto tiempo le dedicamos… a ese momento con el Señor?

Salmos 25:14
Diego Acosta García

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