EUTANASIA INFANTIL

 

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En el Libro del profeta Daniel y en el Apocalipsis, se hace referencia a que los días serán acortados, a causa de los escogidos para que no tengan más tribulaciones de las que puedan soportar.
Este tremendo anuncio nos revela hasta qué punto el mundo tendrá tribulaciones inimaginables. Y como nos acercamos a esos tiempos del fin, ahora, debemos hablar de la aplicación de la eutanasia a los niños.
Resulta casi imposible de creer que esta cuestión se haya instalado en la sociedad de nuestros tiempos, pero es absolutamente real ya que se trata de una ley sancionada en Bélgica.
Lo más dramático de esta cuestión es que la ley es presentada como una forma de aliviar los padecimientos de los niños que se encuentran afectados por enfermedades terminales.
Desde ese razonamiento, parece lógico que se tenga compasión por el sufrimiento de un niño y se esté de acuerdo en que se le practique la eutanasia. Hemos dicho: parece. No es una afirmación.

Estamos en contra de toda forma de eutanasia.

Para los padres es un tema que merece una profunda reflexión. Es una verdad absoluta que a ninguno de nosotros nos gusta ver sufrir a nuestros hijos.
No es menos verdad que en muchas ocasiones, nos cambiaríamos para sufrir nosotros en lugar de ellos. Pero estos humanos sentimientos no se corresponden con lo que el Eterno ha establecido.
Cada uno de nosotros forma parte del Plan de Dios, incluso nuestros hijos. Por tanto no podemos ni debemos imaginarnos siquiera, que podremos torcer el rumbo que el Soberano ha establecido.
Lo grave de esta cuestión es que se la presenta como una cuestión que se debe prestar a un debate sobre lo progresista y lo moderno, cuando no hay ninguna posibilidad de debatir las decisiones del Creador.

Él nos dio la vida y Él es el único que nos la puede quitar.

Por tanto los hombres no podemos arrogarnos el derecho de decidir sobre nuestra vida o sobre la vida de nuestros hijos. Esta no es una prerrogativa que se nos haya concedida a los humanos.
Categóricamente debemos de asumir que las decisiones del Señor son irrevocables y que solamente su Misericordia, puede obrar de acuerdo con lo que podamos pedir en nuestras oraciones.
No podemos negar a nuestros hijos la posibilidad de que el Amor infinito del Eterno obre en sus vidas y mucho menos, podemos impedir que se produzca un milagro maravilloso!
Reflexionemos sobre la vida y la muerte. Reflexionemos sobre lo que Dios ha establecido, aunque nos duela. Pero no olvidemos que solamente el Señor nos puede dar la Consuelo, ante tanto dolor.

La eutanasia es un acto de rebeldía contra el Eterno.

No hay en esto ninguna alternativa, por buenas que aparenten ser sus razones. Y mucho menos, aplicarla a los niños, a quienes les está reservado el Reino.

Diego Acosta

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