Recuerdo muy a menudo la impresión que me causó hace muchos años, lo que se podía ver en una vidriera de una gran tienda.
Estaba en preparación y había muchos hombres y mujeres de plástico, algunos desarmados y otros hasta con la cabeza girada al revés.
Digo hombres y mujeres porque esa era la sensación que producían esas reproducciones de tamaño natural, donde luego serían colocadas las prendas que la tienda ofrecía a sus clientes.
El espectáculo era GROTESCO!
Pero con el paso de los años le doy otro significado a eso que me llamó tanto la atención y pienso: No será así como estamos delante de Dios?
No será que parezco, parecemos hombres y mujeres incompletos? Con actitudes distorsionadas con una pierna a la altura de la cabeza y con las manos en los pies?
Quizás lo más grave de este pensamiento no sea tanto lo que pueda verse a simple vista. Sino aquello que guardo, guardamos celosamente en nuestro corazón.
Es allí donde, por ejemplo, donde oculto algunos juicios que no me atrevo a decir públicamente o pensamientos que considero riesgosos si los hiciera notorios.
Tengo la certeza que hay algo grotesco en mi interior y que con toda seguridad está disgustando al Señor!
En eso pensaba al comenzar este día. Es hora de que comience a ordenar todo aquello que está fuera de lugar en mi vida y específicamente en mi corazón.
El Todopoderoso no nos quiere asumiendo formas grotescas. Nos necesita como ejemplos para quienes todavía lo niegan o todavía no saben nada de ÉL.
No olvidemos que todos tenemos un Propósito!
Salmo 138:8
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira