Seguramente todos hemos escuchado…y a veces hasta pronunciado esta frase con una enorme apariencia de inocencia.
Hablar por hablar!!!
Qué significado tiene?
Uno muy sencillo: Que hemos caído en la frivolidad de hablar para no estar callados. O peor todavía: Hemos hablado con el único propósito de escucharnos
Lo riesgoso de este tipo de actitudes es que no le concedemos ninguna importancia. Han sido palabras…que no tienen ninguna repercusión.
Palabras que si no se hubieran dicho, nadie las hubiera echado de menos. Entonces: Por qué las decimos? De donde nos surge esa necesidad de hablar solamente para escucharnos nosotros mismos?
La respuesta tiene dos enfoques. Uno es si quién habla por no estar callado, es una persona del mundo. En ese caso lo más probable es que simplemente trate de no escuchar el silencio que hay en su propio interior.
Entonces se precisa llenar con palabras ese vacío, porque produce una sensación sumamente dolorosa, porque nos damos cuenta que salvo esas palabras sin ninguna trascendencia… no tenemos nada.
Ni tampoco tenemos nada que decir…que merezca ser dicho!
En eso consiste la frivolidad: Hablar sin saber si nos están escuchando, pero la cuestión es no estar callados, nunca.
La cuestión cambia si quién habla por hablar, es una persona que se llama hijo de Dios. En este caso concreto, la situación es completamente diferente.
Quién habla por hablar, sin tener nada que decir, está en situación de ser Juzgado, porque toda palabra que digamos queda delante del Creador.
Muchas veces es más importante saber callar, que hablar sin sentido!
Mateo 12:36
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Diego Acosta / Neide Ferreira
