HUIR…

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Hay historias impresionantes de personas que se pasaron parte de su vida huyendo.

De que huían?

De su pasado, de algún hecho punible, de su propia familia, de recuerdos angustiosos…La lista es tan larga como la experiencia de cada persona.

Como son historias reales, estamos hablando de hombres y mujeres que durante mucho tiempo huyeron o pretendieron huir de su propia existencia.

Tratando de ocultar o de negar algo que formaba parte de su memoria. Así es como cambiamos de casa, de barrio, de una ciudad, de un país…

Siempre huyendo y lo que es peor hacia ninguna parte!

Hasta que un día nos enteramos que una de estas personas ha decidido acabar con esta situación y ha dejado de huir.

Lo sorprendente es que el argumento para poner término a esta situación no es otra cosa…que el cansancio, el agotamiento de huir constantemente.

Bien podemos trasladar estos casos… a los que alguna vez huyeron de Dios!

Es posible huir del Creador?

No, pero muchos, lamentablemente lo intentan, disimulando lo que verdaderamente son, cambiando de iglesia y criticando a los líderes…entre otras cosas.

Buscando siempre culpables para lo que en realidad, no es otra cosa que huir de uno mismo…!
Que es la peor de todas las huídas!

Cuando pienso en esto doy gracias al Señor, por haber sido pocas veces un hombre que huyó de su propia vida, de su propia existencia.

Lo doloroso es que huimos de lo único que nos puede rescatar, salvar de tanto dolor y sufrimiento.

Cuando advirtamos que alguien está huyendo, lo ayudemos a recuperar su propia realidad.

Nadie puede huir toda su vida y menos de Dios!

Job 18:11

Diego Acosta / Neide Ferreira

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