Hace poco tiempo ante una situación sumamente difícil, la habíamos dado prácticamente por terminada ante lo que considerábamos una manifiesta imposibilidad.
Pasaron algunas horas y el tema persistía en nuestro ánimo, contrariados por lo que era un manifiesto fracaso personal al no poder continuar con lo que habíamos imaginado.
En esas horas tan difíciles un gran amigo se acercó para comentarnos su sorpresa al haber abandonado tan pronto y no haber perseverado como parecía que era lo aconsejable.
Le comentamos nuestra desazón por la situación y también por nuestra evidente incapacidad para afrontar los siguientes pasos. Nuestro amigo nos dijo algo sorprendente.
Y por qué no le piden ayuda al Señor?
Exactamente esa era la única posibilidad que no habíamos contemplado y obviamente no habíamos orado en esa dirección. Decidimos entonces arrodillarnos y pedir Misericordia.
La primera impresión que recibimos fue que como consecuencia de la oración deberíamos continuar con el proyecto que casi habíamos abandonado.
Con grandes dudas y también con temor a hacer el ridículo más escandaloso, decidimos volver a intentar del momento en el que habíamos interrumpido el esfuerzo.
Para nuestra sorpresa el primer intento fue mejor de lo que esperábamos y a partir de ese punto, todo comenzó a mejorar de una manera tan sorprendente que no pudimos dejar de ver la poderosa mano del Señor!
Nunca demos por perdida ninguna batalla si hemos orado y si el Señor nos manda continuar! Para Él no hay nada imposible!
Lucas 18:27
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
