TORPEZA

Algunos de nosotros somos manifiestamente torpes y el duro precio que pagamos por ser de esta manera, queda reflejado en la cantidad de problemas que debemos afrontar.

Hay momentos en los que podemos advertir que si no fuéramos tan extremadamente torpes, sabríamos aplicar el discernimiento para anticiparnos a las situaciones no deseadas.

De allí la importancia de conocer cada día más profundamente la Palabra de Dios, porque encontraremos enseñanzas que serán muy buenas para vivir cada día.

No hace mucho tiempo debimos afrontar una situación que si hubiéramos sido menos torpes, la podríamos haber previsto o nos habríamos preparado para enfrentarla de otro modo.

Razón por la que decidimos orar para pedir al Señor de su Sabiduría para dejar atrás esta forma tan poco agradable de vivir que es la torpeza, de la que no nos ufanamos.

Mi padre solía decir ante determinados hechos, que si nos empeñamos en atravesar las paredes a golpes con nuestra cabeza, terminaríamos con grandes dolores.

Lo más sencillo, decía él, es desistir de romper las paredes y utilizar las puertas, que para eso existen, para facilitarnos el paso. Aunque parezca una perogrullada, el razonamiento tiene su base de enseñanza.

No perseveremos en los errores, no aceptemos con actitudes fatalistas nuestra forma de ser que puede ser cambiada por la Gracia del Señor. No aceptemos la torpeza con fatalismo y pidamos al Eterno un gran cambio!

Salmos 73:22
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
www.septimomilenio.com

Deja una respuesta