INQUIETUDES

Quién de nosotros no se ha visto agobiado por las dudas?

Quién de nosotros no ha pensado que tener dudas es malo?

A veces leyendo la vida de los grandes hombres, aquellos que han marcado tiempos históricos, como Lutero, nos puede llamar la atención las dudas que ellos también tuvieron.

La cuestión con relación a las dudas, es la actitud que asumimos frente a ellas y como tratamos de resolverlas.

Casi podríamos decir que es legítimo tener dudas. Esta afirmación surge del proceso de crecimiento que se nos supone debemos de tener.

En este punto, recuerdo mis dudas cuando al poco tiempo de recibir a Jesús como mi Señor, advertí que había cosas que eran contradictorias con sus enseñanzas.

Y más graves eran, porque ocurrían dentro de Su propia Iglesia, hasta que la paciente obra del Espíritu, fue respondiendo una por una las inquietudes que había en mi corazón.

En ese tiempo de preguntas y de revelaciones, recuerdo la impresión que me causó la certeza de que ningún hombre, por grande e importante que sea frente a nuestros ojos, es perfecto.

Esta revelación produjo un dramático giro a mis dudas, porque muchas desaparecieron y junto con ellas, también mis juicios sobre los demás.

Siendo como me reconozco que soy, imperfecto, pensar que todos los hombres y mujeres que me rodean también lo son, cambia la visión de mis inquietudes.

Soy un imperfecto que trata con el mayor anhelo, de serlo un poco menos cada día. Pero sabiendo que esa Perfección solo existe en el Hijo del Hombre.

Él debe ser nuestro Único modelo! 

Proverbios 14:8

La ciencia del prudente está en entender su camino;
Mas la indiscreción de los necios es engaño.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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