El Hijo del Hombre anunció el gran Propósito que tenía para aquellos humildes y simples pescadores.
MATEO 4:19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Puede haber mayor cometido para un hombre que ayudar a salvar la vida de otros seres humanos?
MATEO 4:20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Fue así como los hermanos abandonaron el negocio familiar y partieron junto al que había anunciado que Juan el Bautista que vendría.
MATEO 4:21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Repitió Jesús el llamado que había hecho antes y de nuevo a dos hermanos también pescadores afanados en su rutina.
Este pescador llamado Jacobo se distingue del otro Jacobo mencionado en el Nuevo Testamento porque siempre se lo cita junto a su hermano Juan y nunca solo.
Es de destacar que el martirio que sufrió por Herodes Agripa I marcó el comienzo de la primera persecución que sufrió la Iglesia Primitiva, según consta en Hechos 12:1-3 En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles.
Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura.
Sobre el nombre Jacobo se debe aclarar que en algunas versiones se lo menciona como Santiago y en griego se escribe Iakobos que provienen del hebreo Yaakob y que en el Antiguo Testamento se lo llama Jacob. En castellano antiguo se utilizó la forma de Iago que al anterponérsele el título de santo se terminó convirtiendo en Santiago.
Diego Acosta