LA BIBLIA ENSEÑA

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NOÉ HALLÓ GRACIA DELANTE DE JEHOVÁ – V

El Eterno había ordenado a Noé la construcción del arca y comienza a detallar su construcción.

Génesis 6:15

 Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.

Es preciso recordar que el arca no fue diseñada ni para navegar ni para que resultara estética a la vista. Fue diseñada para poder flotar en las que habrán sido difíciles aguas del Diluvio, primero por su ascenso y luego por el descenso.

El codo según las precisiones establecidas sobre las medidas utilizadas en el Texto tenía alrededor de 45 centímetros de largo, por lo que el arca tenía dimensiones notables, aún para las características de los grandes navíos de nuestro tiempo.

La longitud era de 135 metros, el ancho 22,50 y la altura de 13,50 lo que representaría un edificio de más de cuatro pisos.

El diseño del Creador, hacía que esta asombrosa embarcación con forma de caja, fuera como resultó, absolutamente involcable.

Traduciendo las medidas del arca a cifras, su volumen total era de 41 mil metros cúbicos, lo que representa una equivalencia igual a más de 520 vagones de ferrocarril en los que se podrían transportar 125 mil ovejas.

Génesis 6:16

Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.

Lo que leemos como ventana, bien podría haber sido la entrada a un recipiente, para poder recoger el agua necesaria para beber, tanto las personas como los animales que albergaría.

Los tres pisos del arca, tenían 4 metros y medio de altitud cada uno.

En cuanto a la puerta, estaba a uno de los costados y evidentemente tenía la misión de permitir tanto la entrada como la posterior salida de los seres vivientes que estarían a bordo del arca, mientras durara el Diluvio.

Cuando hablamos del Supremo Creador, estamos haciendo referencia a un pensamiento tan superior al de los seres humanos, que avergüenza que no haya quienes crean en su existencia.

Este diseño fue formulado hace más de tres mil años, cuando absolutamente nadie en el mundo conocido, había sido capaz de fabricar nada más que pequeños navíos, frágiles y sumamente expuestos a los fenómenos naturales.

Este es nuestro Dios!

Diego Acosta

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