LA BIBLIA ENSEÑA

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NOÉ HALLÓ GRACIA DELANTE DE JEHOVÁ – VI

Jehová había ordenado a Noé como debería ser el arca que debía construir, ahora le anunciaría con qué propósito.

Génesis 6:17

 Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.

La maldad de los hombres no solamente afectaría a la especie superior, sino que alcanzaría a todas las formas menores de la Creación.

Nada que tuviera aliento de vida o que surgiera de la tierra, sobreviviría al gran castigo que había decidido Jehová.

Bien podría decirse que este momento trascendental de la vida en la Tierra, tiene muchas similitudes con el Gran Juicio que afrontaremos los hombres en el Final de los tiempos.

También podemos advertir como el Supremo siempre ha conservado un remanente para que sea testigo de su Grandeza y de su Misericordia. Y además siempre ha obrado por la vida de un justo, a través de quién la Humanidad y la Creación serían preservados de la extinción total. El Diluvio es mencionado en: Job 12:15, 22:16; Salmo 29:10, Isaías 54:9, Mateo 24:37-39, Lucas ¡7.26, Hebreos 17:26, 1 Pedro 3:20, 2 Pedro 2:5, 3:5-6.

Génesis 6:18

Más estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.

Jehová utiliza por primera vez en su relación con las joyas de su Creación la palabra Pacto, que tendrá especial significación a lo largo de los tiempos. Tanto que en el Antiguo Testamento se la menciona en 285 ocasiones como berif y en el Nuevo Testamento como diatheke en 33.

El Pacto representa el compromiso del Eterno con los hombres, que tiene el valor en el cumplimiento en el caso de Noé que tanto él como su familia serían preservados, provistos y protegidos durante ese tiempo único e incomparable que viviría la Tierra.

Un ejemplo que podemos contemplar con nuestros ojos, es la confirmación de otro Pacto que el Todopoderoso estableció con los hombres, es el Arco Iris. Símbolo maravilloso que se nos ofrece como recordatorio de que Dios siempre cumple con su Palabra.

Diego Acosta

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