LA BIBLIA ENSEÑA – VIII

benseña
Génesis 5:1-32

Este Capítulo menciona los descendientes de Adán hasta llegar a Noé, es decir las generaciones que fueron desde la Creación del hombre, hasta aquel que encarnó la continuidad de la especie luego del Diluvio.
Son diez las familias mencionadas, aunque es razonable entender que se trata de las más representativas y por tanto no es una lista minuciosa.
Mencionamos especialmente los versículos 1 y 2 de

Génesis 5:

Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.
Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.

Por tanto fuimos creados a semejanza de Dios, hombre y mujer, Adán recibió su nombre del propio Jehová.
Todos los hombres hemos sido creados según lo establecido en

Génesis 5:3

Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

El Capítulo 5 se caracteriza por la repetición de algunas frases: engendró hijos e hijas y murió. Una vinculada con el mandato establecido por Jehová a los hombres: Fructificad y multiplicaos, Génesis 1:28 y la muerte establecida luego del pecado adánico, Génesis 2:17. Esto significa la protección divina sobre los hombres y también la inevitabilidad de la muerte física.
Esto representa que afrontaremos el Juicio y también la maldición que pesa sobre los hombres y la tierra que habitamos.
Los casos de notable longevidad de algunos de los primeros hombres pueden explicarse por la especial situación del planeta, que todavía conservaba condiciones más moderadas y sanas, para la vida de la especie.
Un caso excepcional es el verificado en

Génesis 5:24,

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Jared fue el padre del hombre que 365 años y fue el único que no murió, pues desapareció por decisión del propio Dios, que lo llevó a su lado.
Enoc es un caso notable mencionado en la Palabra, pues indica que caminó junto a Dios, es decir que tuvo una relación de intimidad que otros hombres no tuvieron, salvo un descendiente del propio Enoc, Noé.
Elías es el otro caso de un hombre a quién Dios arrebató vivo desde la tierra para llevarlo a su lado, 2 Reyes 2:1-12.
Es notable el caso de Enoc, pues era el séptimo en el linaje de Set, el hijo de Adán. En tanto que Lamec, era también el séptimo pero del linaje de Caín, que personifica a Satanás y su obra contra Dios.

Diego Acosta