LA REFORMA – IV

MARTIN LUTERO, EL HOMBRE

Perseverando en la costumbre de las exaltaciones desdemedidas, seguramente en estos días podremos escuchar, ver y leer, homenajes al monje agustino.

Tal vez lo más razonable sea quedarnos con la idea de que Lutero, fue el hombre que Dios eligió para cumplir con uno de sus grandes Propósitos para los hombres.

Si lo consideramos desde esa perspectiva, notable y grandiosa, quedaremos liberados para recordar que Lutero fue un hombre con sus virtudes y defectos, como todos nosotros.

No fue un hombre perfecto, por la sencilla razón de que ningún hombre es perfecto. Sí, podemos tener la seguridad que fue un hombre fiel al mandato que recibió.

Probablemente desde su la visión de su existencia en los primeros años del siglo XVI, no haya podido advertir lo grandioso de su proceder ni el impacto que tendría en la Historia humana, iniciada en Wittenberg.

Tal vez siguiendo con la misma idea, Dios tuvo la generosidad de guardar su corazón para no caer en la vanagloria de los hombres.

Diego Acosta

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