DEVOCIONAL
Estudiando en la Palabra de Dios, recordé a los cuatro jinetes del Apocalipsis y a su obra de destrucción y muerte. Como siempre, esta lectura impresiona por la magnitud casi inimaginable de las tragedias que se abatirán sobre la especie humana.
Con esos pensamientos me acerqué a la ventana de mi casa y para mi mayúscula sorpresa, pude ver como volaban cuatro grullas cumpliendo con su viaje migratorio.
La sorpresa fue por varias razones. Una de ellas, la del número, porque eran la misma cantidad que los jinetes, solo que en este caso lo que vino a mi corazón es que estaba frente a la maravilla del mundo espiritual, tras recordar lo que ocurriría en el mundo material.
Y ese vuelo simbolizaba como los hijos de Dios debemos dejar de mirar las circunstancias y elevar nuestros ojos hacia lo Alto, para buscar la Majestad del Eterno.
Y también significó consuelo y aliento frente a las revelaciones del Libro de Juan, que nos recuerda que el Plan del Todopoderoso se cumplirá pronto.
Apocalipsis 6:8
Miré, y he aquí un caballo amarillo,
y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía;
y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra,
para matar con espada, con hambre,
con mortandad, y con las fieras de la tierra.
Diego Acosta / Neide Ferreira