DEVOCIONAL
Pablo nos advirtió acerca de la vana-gloria, que no es otra cosa que recibir nuestra paga en la Tierra y no en el Reino.
Siguiendo con ese pensamiento es necesario que abandonemos el infantil juego del palabrerío bonito y entusiasta y nos centremos en lo Auténtico.
Es decir en el mensaje de Jesús!
Él y solo Él es el intercesor que tenemos los hombres de fe para llegar al Padre, para honrarle en su Majestad y para clamarle en su Misericordia.
Nadie está exento de caer en el facilismo de las palabras tan bellas como huecas, que alegrarán a muchos oídos pero que no salvarán a nadie de sus pecados.
En esta hora compleja, obremos como nos mandó Jesús: vivir sin engañarnos y cuidando de no ser engañados.
A cada uno le corresponde el ser atalaya que guarda a los suyos y que alerta a los hermanos. Es una responsabilidad personal guardarnos de las palabras vanas y de vivir según la Palabra verdadera.
Efesios 5:6
Nadie os engañe con palabras vanas,
porque por estas cosas viene la ira de Dios
sobre los hijos de desobediencia.
Efésios 5:6
Ninguém vos engane com palavras vãs;
porque por essas coisas vem a ira de Deus
sobre os filhos da desobediência.
Diego Acosta / Neide Ferreira