LÍMITES

A veces actuamos con Dios como en las historias del tío rico, al que sus sobrinos demandan día tras día el dinero que prodiga con su magnanimidad.

Conozco una versión de estas historias, en la que un día el tío rico se cansó de ser la fuente de dinero a hombres y mujeres que vivían sin esfuerzos por ganarse el sustento.

Entonces un día, sorpresivamente dijo: Basta!

Ante esto los sobrinos clamaron y se rebelaron contra el tío, a causa de su supuesta avaricia y por negarles lo que siempre les había dado.

Con el Eterno ocurre exactamente lo mismo!

Podemos vivir pensando en que nunca se acabará su paciencia y de que nunca seremos juzgados?

Si en algún momento pensamos en esto o llegamos a esta errada conclusión, estamos totalmente equivocados y expuestos a su severa disciplina.

Obrar mal tiene un límite.

Solamente lo sabremos el día en que el Altísimo disponga aplicar su Justicia. Que no será severa ni vengativa, será justa porque ÉL es justo.

No desesperemos a causa de los supuestos éxitos de los impíos, de los malvados, de los hacedores del mal. La Justicia de Dios nos alcanzará a todos y SIEMPRE el Bien prevalecerá sobre el mal.

Ezequiel 11:12

ES – Y sabréis que yo soy Jehová; porque no habéis andado en mis  estatutos,

ni habéis obedecido mis decretos sino según las costumbres de las naciones que os rodean habéis hecho.

PT –  E sabereis que eu sou o Senhor, porque nos meus estatutos      não andastes,

nem executastes os meus juízosantes, fizestes conforme os juízos das nações que estão em redor de vós.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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