El Señor utiliza las circunstancias más imprevistas, para revelarnos Su mensaje de edificación.
Estaba escuchando una música maravillosa, cuando advertí algo que me sorprendió. Como es posible que una misma partitura, que una misma sinfonía pueda ser ejecutada de maneras tan diferentes?
Y con resultados tan distintos los unos de los otros.
En algunos casos las ejecuciones son brillantes y están de acuerdo con el sentido de la genial partitura. Pero en otros, resultan pobres, tan limitados que hasta empequeñecen una obra distinguida mundialmente.
Entonces vino la Palabra del Eterno!
Si esto ocurre con una sinfonía, por extraordinaria que sea, no ocurre lo mismo con la Biblia?
No es acaso la Palabra de Dios?
Y por qué en ocasiones algunos hombres han dejado grandes enseñanzas y en otros casos, el mío sin ir más lejos, reducimos o pretendemos hacerlo, a nuestro propio nivel el Texto Sagrado.
Es evidente que todo depende de la actitud del corazón. Si un director de orquesta eleva su mirada, el resultado será notable. Si yo como creyente, deposito mis ojos en el Señor, lo que la Biblia me enseñe, estará relacionado con la Grandeza de su Autor.
Deuteronomio 6:5-6
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón,
y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón
Deuteronômio 6:5-6
Amarás, pois, o Senhor, teu Deus, de todo o teu coração,
e de toda a tua alma, e de todo o teu poder.
E estas palavras que hoje te ordeno estarão no teu coração
Diego Acosta / Neide Ferreira