DEVOCIONAL
Las imágenes que admiró en los paseos que realizó por los alrededores de la ciudad en donde vivía, inspiraron a uno de los más grandes autores a componer una de las más bellas páginas de la música universal.
La perspectiva que se tiene de la grandeza y de la propia pequeñez cuando se camina por el campo, es una suficiente demostración de lo que es la Inmensidad de la Creación.
Las flores, los frutos, los pájaros, los seres vivientes, colocan al ser humano ante la evidencia de la existencia de un Ser superior y que no es otro que el Creador.
Si fuéramos capaces de admirar y valorar todo lo que nos rodea, tal vez podríamos comprender la vanidad que encierran nuestros afanes de todos los días.
Como el gran compositor, la Grandeza de Dios, nos debe inspirar a ser testimonio viviente de los hechos maravillosos que reflejen Su Obra infinita.
Romanos 8:19
Porque el anhelo ardiente de la creación
es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Diego Acosta / Neide Ferreira