DEVOCIONAL
En el mundo las personas atribuyen a una cadena de circunstancias los hechos que producen alegría y también con el mismo argumento, pero en sentido contrario, a los que apenan.
Tanto en un caso como en el otro, se atribuyen a lo que se denomina buena suerte o mala suerte. Esta es la mirada pequeña propia de la dimensión humana.
Cuál es entonces la diferencia entre la buena o la mala suerte y los milagros?
Tan sencillo y tan grandioso, como resulta tener la fe en el corazón como para agradecer como milagro, lo que los hombres simplemente atribuyen a las circunstancias.
En definitiva: La única diferencia es la convicción que tenemos los hijos de Dios, que hemos sido bendecidos por su Amor y su Misericordia y hemos recibido el presente de algo sobrenatural, que podemos definir como Milagro.
El Eterno desde siempre ha hecho milagros y los seguirá haciendo!
Daniel 4:2 Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.
Diego Acosta / Neide Ferreira