ME FALTA…

me falta

Tengo la convicción que una de las grandes dotes de la especie humana, es nuestra consumada capacidad para la excusa.

Encabezo la nómina de personas que vivimos encontrando razones para justificarnos ante la necesidad y la pasividad con la que obramos.

Quizás la frase más utilizada sea: Me falta…?

Alguna vez pensamos en que me falta…?

Imaginemos a Jesús en su Ministerio Terrenal: alguna vez se quejó de la falta de medios, de la hipocresía de los discípulos, de la incomprensión de los judíos?

Alguna vez se quejó de no tener ni siquiera donde dormir?

Alguna vez se quejó de las adversas condiciones que fueron rodeando cada vez más su Ministerio?

Si ÉL no se quejó, por qué lo hacemos nosotros?

A veces al Señor le basta con mostrarnos una imagen, conmovedora y alentadora, para alertarnos sobre nuestra pasividad.

Es entonces cuando comprendemos que todos los argumentos que utilizamos para no hacer nada de lo que debemos, son simples y torpes excusas.

Para hablar de Jesús y de la Salvación, no preciso absolutamente nada. Solamente la fe puesta en acción al servicio del prójimo.

Si no consigo expresarme, el Espíritu pondrá palabras en mi boca!

Si no consigo elegir el momento para hablar, el Espíritu me lo pondrá delante!

Si no consigo quién me acompañe a hablar de Jesús, Él me acompañará!

Me he prometido que nunca más diré…me falta, porque comprendo que cada vez que lo repito me estoy declarando culpable en el Juicio, por no decir la Verdad!

Efesios 4:17

Diego Acosta / Neide Ferreira

Fotografía publicada por el Pastor Alexander Vasquez, de Venezuela, a quién agradecemos el testimonio.

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