En los difíciles tiempos que vivimos, cada día podemos sorprendernos con algunas afirmaciones que buscan provocar y a veces lo consiguen.
Alguien dijo que mentir era un verdadero arte, porque cuando se mentía bien la mentira no era descubierta y por lo tanto asumida como verdad.
Semejante razonamiento nos lleva a pensar, en cuántas personas pueden haber sido seducidas y justificadas por esta exposición.
Mentir está prohibido por Dios!
Que ocurre entonces, si además de mentir lo hacemos muy bien?
Pues que nuestro desafío al Eterno se multiplica, porque no solamente estamos violando lo que ha establecido, sino que además nos declaramos satisfechos con la forma en la que lo hemos hecho.
Cuando la Biblia nos manda escudriñar todo lo que llega hasta nosotros, no solo es un Mandamiento. Es también una forma de ayudarnos a que no seamos víctimas inocentes de seductoras argumentaciones.
Porque es evidente que resultan tan atractivas como falsas y no tienen otro propósito que hacernos caer, en la trampa del engaño que es el comienzo de la mentira.
Estamos advertidos. No está bien mentir y mentir bien es doblemente desafiante al Altísimo.
Levítico 19:11
ES – No hurtaréis,
y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro.
PT – Não furtareis, nem mentireis,
nem usareis de falsidade cada um com o seu próximo
Diego Acosta / Neide Ferreira