COMO FARISEOS

 

COMO FARISEOS

El Príncipe de Paz siguió enseñando acerca de cuestiones fundamentales relacionadas con la ayuda a los necesitados, el ayuno y la oración.

MATEO 6:1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Rotundamente Jesús se enfrentaba a las actitudes públicas de los fariseos.

De esta manera advirtió acerca de la hipocresía de mostrar las acciones piadosas de los judíos de aquellos tiempos, para con los hombres y mujeres que precisaban ser ayudados.

Esas muestras de generosidad debían ser hechas como una forma de adoración a Dios y nunca como un medio para que los hombres pudieran exaltarlas.

Esta cuestión es tratada en el Libro de Deuteronomio 15:7 Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre.

Y sobre la cuestión de la recompensa, encontramos lo que dijo David en el Salmo 58:11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

La recompensa Divina siempre será mayor y más importante que la que los hombres podamos conceder.

En palabras del profeta Isaías, en 40:10 podemos leer: He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.

Podemos interpretar también que estas palabras están relacionadas con la venida de Cristo, el Mesías.

QUIÉN ERA…MARÍA

ESCUDRIÑAR

La joven nazarena que estaba desposada con José, cumpliendo el proceso hasta la consumación física del casamiento, recibió el anuncio celestial de que sería la Madre de Dios hecho Hombre, según leemos en Lucas 1:26-38.

La pregunta de María acerca de: Como será esto? Pues no conozco varón?, es decir que no había tenido relaciones físicas con ningún hombre, fue respondida de que sería por Obra del Espíritu Santo.

El debate sobre la pregunta de María, se cierra con el sencillo argumento de que en la vida de los judíos, no se contemplaba un casamiento sin que fuera consumado físicamente por sus miembros.

María respondió como lo hicieron siervos y profetas de Dios, según consta en Lucas 1:38, lo que demuestra la firmeza y profundidad de las convicciones de la nazarena.

La razón: Porque exponía su vida, al concebir un hijo sin estar casada según el rito judío y por lo tanto era digna de los castigos que se hacían a las mujeres en esa condición, es decir lapidación o apedreamiento.

José para evitar esta dramática situación decidió repudiarla, pero un ángel lo convenció de lo contrario y en obediencia aceptó a María, sabiendo que su maternidad era Obra Dina.

Tras ello María y José cumplieron fielmente con la demanda del imperio romano de censarse en Belén, pequeña población al sur de Jerusalén y que fue menospreciada por los hombres de su tiempo.

Allí llegaron y ante la falta de alojamiento nació Jesús en un establo, cumpliendo la promesa de Jehová Dios a David, según podemos leer en el Salmo 89:3-4.

La vida de María es la historia ejemplar de una Sierva de Dios que asumió ser la Madre del Mesías y luego formó una familia con José y sus cinco hijos. El hecho sobrenatural de la presencia del Hijo de Dios en la Tierra, tuvo materialización sobrenatural, a través de María.

Diego Acosta

LA ODIOSA INQUIETUD

EL ABUELO SALOMÓN

Sin razón alguna que podamos identificar rápidamente, a veces nos enfrentamos con algo en nuestro interior, que nos altera y nos preocupa.

Se trata de la inquietud que no podemos controlar, pero que un día tras otro, nos lleva a pensar que será lo que nos está ocurriendo, para que nos encontremos en esta situación.

Cuesta mucho esfuerzo tratar de encontrar las razones para la inquietud y lo peor, es que en la mayoría de las ocasiones que lo intentamos, no logramos ningún resultado.

Cabría entonces la pregunta: que estoy buscando, realmente?

Una explicación o una razón?

Si se trata de lo primero, es más que difícil que podamos hallar una explicación, porque no hay signos que nos lleven a tener claro, porque hemos perdido la paz.

Si se tratara de una razón, la respuesta es más compleja todavía, porque en principio no vemos nada que nos pueda clarificar el origen de la situación que nos aflije.

Finalmente podríamos preguntarnos: Y si estuviéramos buscando en las razones del mundo y nos estuviéramos equivocando?