PARECER…

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Hay veces que las cosas son de una apariencia y en realidad son distintas. Y en otras, parecen ser algo, que no lo son.

Esto que se asemeja a un juego de palabras, es una parte de la realidad en la que vivimos, parecemos una cosa y somos otra.

Que está sucediendo con las apariencias?

En realidad no es nada nuevo, porque fingidores hubo siempre y porque los tergiversadores de la Verdad, no son ninguna novedad.

Pero es que en estos tiempos estamos llegando a límites que parecían remotos y hasta inimaginables.

No es una exageración afirmar, que por ejemplo en estos tiempos un remedo sustituye a la carne animal y hasta en cierta forma tiene su apariencia.

Lo mismo ocurre con otros alimentos, por hablar solamente de aquello que debemos y podemos comer para vivir.

La pregunta surge sin demasiados prolegómenos: Por qué hacemos estas cosas?

Son una moda?

Representan una manera de vivir?

Que son una moda es indiscutible, pero que sea una manera de vivir, es algo que deberíamos analizar en profundidad.

Si no comemos determinados alimentos por determinadas cuestiones relacionadas con matizaciones ideológicas o de cuestiones similares, es para pensar seriamente lo que estamos haciendo.

Como siempre la Palabra de Dios viene para aclararnos las dudas y las situaciones que creemos son confusas y de difusos perfiles.

Dios determinó lo que podemos comer y con lo que no nos podemos alimentar, por una cuestión de sanidad en un tiempo especial, que si lo consideramos sería muy bueno que lo siguiéramos respetando.

Tengamos cuidado con lo que parece ser una cosa y es otra diferente!

Deuteronomio 14:4-19

Diego Acosta / Neide Ferreira

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