En las pocas ocasiones que tengo para demostrar mi casi total inhabilidad para las tareas que deben realizarse con las manos, tuve en cambio la oportunidad de hacer una reflexión en torno a mi relación con Dios.
Ante las grandes dificultades que tenía para resolver lo que supongo que sería para muchas personas, un mínimo problema de práctica, estuve pensando en Jesús y sus discípulos.
Cuánto trabajo le dieron!
Cuántas veces tuvo que llamarlos hipócritas!
Y todo por qué?
Porque evidentemente fueron hombres que no llegaron a comprender la magnitud única, de la experiencia que estaban viviendo.
Nada más y nada menos que compartir alrededor de tres años con el Hijo de Dios hecho hombre!
Estas reflexiones no tienen otro propósito, que dejar claro lo difícil que es ser seguidor de Jesús! No es nada nuevo, pero si lo admitimos habremos dado un gran paso adelante.
Tengo la certeza que no fui llamado para hacerme la vida fácil, sino para recuperar la vida de quienes la tenían perdida igual que yo, en los propios errores, en las decisiones equivocadas.
Por eso es necesario perseverar, aunque no podamos entender lo que estamos haciendo y nos resulte muy complejo, siempre debemos mantenernos firmes.
Jesús es el Camino. El único verdaderamente bueno para mí y para todos los hombres.
Hebreos 6:11-12
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud
hasta el fin, para plena certeza de la esperanza,
a fin de que no os hagáis perezosos,
sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las
promesas.
Hebreus 6:11-12
Mas desejamos que cada um de vós mostre o mesmo cuidado até ao
fim, para completa certeza da esperança;
para que vos não façais negligentes,
mas sejais imitadores dos que, pela fé e paciência, herdam as
promessas.
Diego Acosta / Neide Ferreira