Más de una vez he escuchado este interrogante: Por qué Dios ha permitido que ocurra semejante cosa…?
Y más de una vez la respuesta se torna difícil de expresar, como no sea repitiendo aquello de que ÉL en su Soberanía lo puede todo, aunque no lo entendamos y aunque nos cueste aceptarlo.
Esta situación se torna particularmente difícil en algunos casos extremos, donde a la incomprensión se le suma el dolor desgarrador de una pérdida muy importante.
En estas ocasiones siempre he orado por Sabiduría para poder recibir la Palabra adecuada, que solamente llega cuando apelamos a la Obra del Espíritu en nuestras vidas.
Jeremías fue usado por Jehová, para explicar lo que había ocurrido con el Reino de Judá.
El profeta fue quién expresó con palabras aquello que podía hacer entender a los hombres la naturaleza de sus errores y la importancia de sus pecados.
Por esta razón, entre otras, debemos leer la Biblia con detenimiento y pidiendo siempre Revelación, para comprender no solo el pasaje sino la enseñanza que se desprende de cada versículo.
Podemos estar seguros entonces, que cuando deliberadamente nos apartamos del Señor, nos exponemos a la ruptura del Pacto que hicimos con ÉL.
Y si además en nuestra rebeldía nos atrevimos a servir a otros dioses o más específicamente al dios mammon, estaremos frente a la reacción del Eterno.
Y entonces lamentaremos, nuestra vocación por el pecado, nuestra propensión a la rebeldía y también la necedad suprema de abandonar al Todopoderoso.
Por eso hay preguntas que son difíciles de contestar, pero siempre hagamos Memoria, antes de intentarlo, de recordar cómo han sido nuestros hechos.
Jeremías 22:8-9
Diego Acosta / Neide Ferreira