DEVOCIONAL
Jesús habló a los discípulos mencionando situaciones que eran fácilmente reconocibles en la vida cotidiana y en la propia Creación.
Empleó esta forma de dirigirse a quienes lo escuchaban porque fue un recurso práctico, para poder referirse a cuestiones profundas que deseaba explicar.
Podríamos decir que no se enredaba en sus propias palabras, sino que transformaba un discurso que podría haber resultado casi incomprensible en conceptos fácilmente entendibles..
Nos sigue enseñando casi dos mil años después que no hay ningún motivo para no poder hablar lo complejo de una manera sencilla.
Obrar de forma contraria no es otra cosa que la vana-gloria de exhibir un dominio del idioma tan elevado, que impresiona pero a la vez obstaculiza la profundidad del mensaje.
Seamos sabios e imitemos a Jesús en todo, incluso en una cuestión en apariencia tan poco importante, como es la de hablar para que se nos entienda, sin vanagloriarnos de nada.
Juan 10:11
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Diego Acosta / Neide Ferreira