DEVOCIONAL
Muchas veces me pregunto: Estoy buscando expandir el Reino de Dios o me estoy preocupando por hacer más grande mi propio reino personal?
Es una pregunta molesta, irritante!
Pero que confronta las intenciones del corazón y como casi siempre el problema no es tanto la pregunta, sino las respuestas que podamos dar delante del Eterno.
A partir del Mandato de Jesús de llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra, es legítimo que nos preocupemos por hacerlo, pero sabiendo siempre que estamos siendo verdaderamente fieles.
Las dudas sobre qué es lo que realmente estoy haciendo, es lo que prepara la tierra para que los falsos profetas vengan con sus mensajes tan exitosos como peligrosos.
Cada uno debe pensar en las intenciones de su corazón, porque es evidente que podemos engañar a muchos, pero no podremos nunca engañar ni una sola vez al Eterno.
No debo desafiar al Altísimo!
Ezequiel 13:10
Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz,
no habiendo paz; y uno edificaba la pared,
y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto,
Diego Acosta / Neide Ferreira