Una pregunta de difícil respuesta, mucho más cuando la formula una persona que ha buscado y rebuscado en otras religiones y también en las fuentes de las ayudas basadas en la motivación.
Esta persona buscaba podríamos decir, desesperadamente un nuevo camino para su vida, porque sus problemas no eran económicos ni en el presente ni en el futuro.
Sus problemas eran interiores porque tenía un gran vacío por llenar y nada lo conformaba ni lo alentaba a seguir buscando, ya que su intelecto y su raciocinio no le aportaban las soluciones que buscaba.
Fue entonces cuando nos formuló la pregunta relacionada con Jesús y fue entonces cuando una vez más apelamos al Espíritu Santo para que pusiera las palabras adecuadas en nuestra boca.
Estamos completamente convencidos que no es nuestra experiencia ni nuestra sabiduría, poca o mucha, la que puede dar contestaciones adecuadas en el momento necesario.
No dudamos ni un instante en hacer una pausa para tratar de escuchar e interpretar el mensaje del Espíritu, para no confundirlo con nuestras reflexiones.
La respuesta que dimos fue muy sencilla: De Jesús te puedo decir que cambió mi vida, que transformó lo gris por una luz brillante y que me dio esperanza frente al escepticismo y al conformismo.
Efesios 4:17
Diego Acosta García
28 FEb 2012