Quién se alejó de Dios, no debe tener ningún temor en volver hacia ÉL!
Podríamos poner como un sencillo ejemplo, cuando tomamos contacto con una persona que hace mucho que no vemos y con la que tuvimos una estrecha relación.
Se alegrará de vernos?
Podríamos tener la certeza de que sí, nos recibirá con entusiasmo porque hemos vuelto y porque nuevamente se abren las posibilidades de reanudar el diálogo…
Si pensamos que otro hombre o que otra mujer reaccionarán de esta manera, por qué no pensar lo mismo del Todopoderoso?
En este caso sí podemos tener la certeza, de que nadie se alegrará más que ÉL!
Esta seguridad se origina en que conoce nuestro corazón y comprenderá nuestros errores, nuestros fallos y aún nuestras rebeldías.
Lo importante es la actitud con la que volvamos a su lado!
Si somos sinceros, honrados con nosotros mismos, encontraremos nuevamente el refugio, el puerto seguro y el abrazo de Padre que recibe a su hijo.
Estos pensamientos se originaron en un comentario que un hermano me hizo, con relación a volver de donde no debió haber salido.
Estaba dominado por la incertidumbre y hasta con vergüenza, por haber sido débil y dejarse arrastrar por la cautivante corriente del mundo.
Jesús dijo que era la Puerta y que era el Pastor de todas sus ovejas!
No importa que hayamos abandonado el redil, lo que es más valioso es que hayamos comprendido que el mejor lugar para cada uno de nosotros, es estar bajo su Cuidado y su Autoridad.
Si estamos arrepentidos de verdad, volvamos con alegría, porque seremos recibidos como el hijo pródigo!
1 João 3:1
Vede quão grande amor nos tem concedido o Pai: que fôssemos chamados filhos de Deus. Por isso, o mundo não nos conhece, porque não conhece a ele.
1 Juan 3:1
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
Diego Acosta / Neide Ferreira