RESPONSABILIDAD

Un joven creyente se preguntaba acerca de la responsabilidad que tenemos quienes nos llamamos hijos de Dios, con relación a todo lo que ocurre en un país.

Se preguntaba si éramos responsables por la corrupción, por la mala administración, por la falta de ayuda a quienes lo necesitan, por los matrimonios entre personas del mismo sexo.

La lista de asuntos que le preocupaban era más larga pero reflejaba el ánimo de quién con espíritu inquieto estaba confrontando la realidad con todo lo que se le había enseñado.

La respuesta global que le pudimos dar era que evidentemente teníamos la parte proporcional de la responsabilidad, según el número de creyentes que vivíamos en el país.

Entonces surgió otro interrogante: Y qué podemos hacer para asumir esa responsabilidad? Algunos se inclinan por participar de la vida política de la nación.

Otros en cambio proponemos acciones que están estrechamente ligadas con las enseñanzas de Jesús. La participación en la política significa asumir actitudes que podrían no estar de acuerdo con lo que creemos.

Frente a eso podemos levantar un clamor por los gobernantes para que reciban Sabiduría de lo Alto y modifiquen sus planteamientos, que los colocan en los peores lugares de la consideración social.

Está claro que no es tiempo para los indiferentes, así como también está claro que el Juicio vendrá sobre quienes gobiernan y sobre los gobernados que no asumen la responsabilidad de orar por quienes lo necesitan.

Mateo 20:25
Diego Acosta García

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