RESULTADOS


La complejidad de nuestra naturaleza queda expuesta en cada una de nuestras reacciones, que se manifiestan incluso cuando se trata de nuestra relación con el Eterno.

Un ejemplo de esa complejidad es el de nuestra complacencia cuando nuestra vida transcurre sin sobresaltos y en medio de lo que podríamos llamar buenos resultados.

Nuestro humor es excelente y nuestra disposición hacia los demás altamente cooperante. Se podría afirmar que somos una especie de modelo de buenos creyentes.

Esta situación puede cambiar radicalmente cuando un día advertimos que los resultados que nos ponían tan alegres, han cambiado por otros que no esperábamos y que ya no son ni siquiera mediocres.

Entonces nos preguntamos: Que habremos hecho mal para que todo se esté convirtiendo en una especie de derrota diaria? Por qué tenemos la sensación de estar en una pendiente incontrolable?

Lo que antes era motivo de certeza ahora es motivo de dudas.

Este es el tiempo en el que el equilibrio, el Shalom del que nos habló Jesús, debería estar presente en nuestro ánimo. Equilibrio para afrontar los buenos tiempos y los buenos resultados y equilibrio para afrontar la adversidad.

Con qué facilidad nos olvidamos que el Señor es Soberano sobre todas las cosas!  Incluso sobre nuestra propia vida, sobre lo que llamamos éxito y lo que asumimos como fracaso.

1 Crónicas 16:11-12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
www.septimomilenio.com

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