Cuando los discípulos preguntaron a su Maestro sobre las señales antes del fin, Jesús les advirtió como primera cuestión, que no se dejaran engañar. Sorprendente afirmación tratándose de los tiempos finales.
Para quienes pensamos que nos estamos acercando a los momentos trascendentales relacionados con la Segunda Venida del Señor, las señales constituyen un elemento de gran valor.
Por esta razón nos preguntamos si los tremendos daños causados por el huracán Sandy no es una de esas señales que pidieron los discípulos a su Maestro.
El huracán dejó más de cien muertos entre los registrados en el Caribe y en Estados Unidos. Dejó una sombra de destrucción que asombra por su magnitud.
Solamente en los Estados Unidos los daños se cuentan por decenas de millones y la reconstrucción es de una magnitud solo comparable con la del huracán Katrina en Nueva Orleans.
Es importante que reparemos en todos los hechos que se vienen sucediendo, como por ejemplo las alertas de tsunamis y también de la sucesión de terremotos que se están registrando.
No es tiempo de tener miedo. Es tiempo de tener nuestras cuentas acertadas con el Señor, para que cuando llegue el momento podamos estar en paz ante Su Presencia.
Diego Acosta García