En estos días el mundo está impactado por el inicio de los Juegos Olímpicos que se realizarán en  Londres. Se destaca entre otras cosas la necesidad de preservar el “espíritu olímpico”, pero debemos escudriñar todo para confrontarlo con nuestras creencias.
Forma parte del “espíritu olímpico” el acto forzado de homenaje a las víctimas judías de los juegos de Munich en 1.972? Por qué el Comité Olímpico se resistió a honrar a las once víctimas del fanatismo terrorista palestino?
El argumento empleado para rechazar el homenaje con un minuto de silencio en la ceremonia de apertura en Londres, es que los Juegos son apolíticos. Cabe preguntarse: no es un hecho político matar a deportistas por pertenecer a un determinado país?
El Presidente del Comité Olímpico, dijo en el acto de homenaje, finalmente realizado: Como nos recuerda el trágico suceso de hace 40 años, el deporte no es inmune ni puede curar todos los males del mundo.
Jacques Rogge agregó: No puedo hablar sobre paz y deporte sin recordar lo que pasó en Munich. La intención no era calmar a nadie. El acto se realizó en Londres, durante la firma del documento llamado: La Paz Olímpica.
Las informaciones periodísticas destacan que este acto de homenaje a los once deportistas israelíes muertos en Munich, finalmente se realizó debido a la presión ejercida sobre las autoridades del Comité Olímpico.
Recordamos lo que Jesús dijo a los discípulos cuando les comenzaba a dar las señales  antes del fin: Mirad que nadie os engañe. Mateo 24:4.

Fuentes: The New York Post – Estados Unidos
Diego Acosta García