SÉPTIMO MILENIO: ISRAEL ES LA ÚNICA DEMOCRACIA DE ORIENTE

Son notorias las evidencias de que los países árabes no han consolidado el sistema democrático tal y como lo concebimos en Occidente y por tanto determinadas situaciones tienen un manejo muy diferente.
Nos referimos a los notorios casos de corrupción que se han hecho públicos en los últimos tiempos y que, precisamente por la falta de democracia permiten gobiernos autoritarios y con llamativos casos de corrupción.
En el caso de Israel debe entenderse que todas las situaciones, aún las más extremas como pueden ser los conflictos armados, están sujetos al Parlamento del Estado y también a la acción de la Justicia.
Un ejemplo de todo lo expuesto es la renuncia a su cargo por el Ministro de Relaciones Exteriores, para permitir poner fin a un largo proceso judicial que se originó en un caso iniciado por fraude y abuso de confianza pública.
Avigdor Liberman al renunciar también a su condición de vice primer ministro del Gobierno, se presenta como cualquier otro ciudadano del país ante los jueces.
Esta carencia de inmunidad parlamentaria permite que la justicia pueda operar con plena libertad y con garantías para quién se somete a ella, en su condición de parte de un juicio.
El Fiscal General del país cerró el caso principal que estaba abierto con relación a Liberman, quedando pendiente otra parte de los cargos, sobre los que habrá un rápido pronunciamiento.
De esta manera Liberman se podrá presentar a los comicios del 22 de enero y casi  con toda seguridad resultar electo para volver a formar parte del gobierno que encabeza el Partido Likud.
El juego democrático en los países, debería librar a los hombres públicos de la sospecha de corrupción, cosa que ocurre frecuentemente en los países árabes.

Fuentes: Jerusalén Post – Israel
Press SM – Diego Acosta García

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