SEPTIMO MILENIO: MEDITAR

A la mayoría de nosotros nos costaría mucho esfuerzo mantener la calma mientras aguardamos que se produzca algún hecho muy importante para nuestras vidas.

Más concretamente, nos costaría tal vez hasta demasiado meditar sobre lo que puede llegar a ocurrir, sobre el presente y por supuesto sobre el futuro que siempre es la gran incógnita para los seres humanos.

Isaac cuando aguarda el regreso del fiel Eliezer al que Abraham su padre le había encomendado que le buscara una esposa, mientras esperaba en el campo se dedicó a meditar.

Isaac había vuelto a pensar en aquellas enseñanzas recibidas sobre el Dios de su padre, sobre el Soberano sobre todas las cosas, sobre el Creador de todo lo conocido.

Seguramente en esa reflexión estaba ponderando como se comportaría a partir del momento en que Dios le concediera una esposa y acerca de cómo sería su vida a partir de esa situación tan trascendente.

El ejemplo de Isaac puede parecernos muy difícil de imitar, pero deberíamos esforzarnos en concentrarnos en la ponderación de todas las situaciones que enfrentamos para tomar las mejores decisiones.

Sabiendo que Dios es el Soberano sobre nuestra vida y que Él siempre decidirá lo mejor para nosotros, por qué no meditar en esa Gracia y prepararnos para recibirla y disfrutarla?

Génesis 24:63
Diego Acosta García

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