SÉPTIMO MILENIO: NUEVAMENTE LA BIBLIA RATIFICA SU VALOR ANTE LOS CIENTÍFICOS


Durante decenas y decenas de años la comunidad científica internacional argumentaba que la única referencia a la ciudad de Belén, era la Biblia y por lo tanto no tenía su historia contrastada.

Argumentos más, argumentos menos, esto era lo que se afirmaba desde los sectores más radicales, opuestos de manera frontal a las afirmaciones de la Palabra de Dios.

Una vez más en los últimos días, los científicos que se basan en sus propias evidencias, deben reconocer que las Escrituras, no solamente relatan los acontecimientos relacionados con Dios y su Creación, sino que aportan evidencias históricas.

En este caso se trata de la certeza de la existencia de Belén hace alrededor de 2.700 años, al ser descubierta en Jerusalén una especie de esfera de arcilla que se utilizaba para sellar documentos u objetos.

El descubrimiento se realizó en el marco de las polémicas excavaciones del Proyecto “Ciudad de David”, en Jerusalén este, en el poblado de Silwán, según se informó oficialmente.

La pequeña pieza encontrada en las excavaciones, era utilizada alrededor de los siglos VII y VIII antes del nacimiento de Cristo, precisamente en Belén, como afirma la Biblia.

Esta pieza, nos remite a la época del Primer Templo de Jerusalén, de 1.006 a 586 A.C., en la que aparece citada en el Antiguo Testamento como parte del Reino de Judea.

El sello encontrado acreditaba el envío de un cargamento desde Belén al Rey de Jerusalén, que podría ser Ezequías, Manasés o Josías, en un tiempo que se estima entre 600 y 700 años antes de Cristo.

Este descubrimiento ratifica la existencia de Belén desde la perspectiva bíblica y pone nuevamente en evidencia los fundamentos históricos de la Palabra de Dios.

Fuentes: Haaretz – Israel
Diego Acosta

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