Los niños han sido desde siempre las grandes víctimas de todas las tragedias generadas por los hombres a causa de sus luchas contra otros hombres.
Fuentes oficiales informaron que los niños que debieron refugiarse por los combates en Siria son más de un millón! Una cantidad asombrosa, aún en estos tiempos.
Los niños son las víctimas también de los crueles luchas entre ciudadanos de un mismo país, al perder a sus padres y familiares en los enfrentamientos.
Podrá argumentarse que eso siempre ha ocurrido a lo largo de la historia. Pensamos que es una excusa pobre e indigna, porque no estamos hablando del pasado sino de este presente y del futuro.
Justificar la inacción ante el drama de los niños con los sucesos del pasado, es una forma de eludir una responsabilidad que nos atañe de forma directa sin ninguna clase de excusas.
Seguramente cada uno de nosotros algo podrá hacer para ayudar a los niños a enfrentarse con situaciones de las que son absolutamente inocentes.
Como son inocentes ante las agresiones, vejaciones, violaciones de las que son objeto sin ninguna clase de misericordia no solo en los países en conflicto sino en toda la sociedad global.
Recordemos que los discípulos fueron reprobados por Jesús cuando los niños eran llevados para que los bendijera. Hace casi dos mil años la crueldad contra los niños era una realidad.
Una realidad que Jesús condenó. Él nos enseñó que el Reino de los Cielos estaba reservado para ellos. Podemos olvidarnos de esto? La indiferencia es otra de las formas de complicidad!
Diego Acosta García