EL REY DE LOS ÁRBOLES
En el Libro de los Jueces se narra la historia
de cuando los árboles buscaron un rey
y le ofrecieron el cargo al olivo, la higuera, la vid
y a la zarza.
Un gran pasaje sapiencial de Israel!
EN ESTE DÍA
En el Libro de los Jueces se narra la historia
de cuando los árboles buscaron un rey
y le ofrecieron el cargo al olivo, la higuera, la vid
y a la zarza.
Un gran pasaje sapiencial de Israel!
EN ESTE DÍA
DEVOCIONAL
Resulta difícil de imaginar cuántas personas clamaron a Dios a lo largo de los milenios, en situaciones extremadamente graves y que se solo se pueden solventar con su auxilio.
David lo hizo luego de haberse enfrentado con Abimelec, en circunstancias dramáticas y que lo obligaron a recurrir al gran recurso que siempre tenemos quienes creemos en el Eterno.
Orar y clamar, para pedir la ayuda que solo ÉL puede darnos, porque las fuerzas humanas por poderosas que sean, siempre serán insignificantes ante la magnitud de algunos problemas.
No en vano la propia Biblia, nos enseña a que clamemos por la ayuda del Señor con la certeza de que siempre nos escuchará y que su intervención se producirá en el tiempo justo, a pesar de nuestras angustias.
Esa es la fe que se nos demanda. Saber que el Todopoderoso, siempre responderá a nuestro clamor y que nunca nos abandonará, porque ÉL lo ha prometido y porque en ello se fundamenta nuestra fe.
Salmo 34:6
ES – Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.
PT – Clamou este pobre, e o Senhor o ouviu;
e o salvou de todas as suas angústias.
Diego Acosta / Neide Ferreira
La historia del rey Abimelec en el Libro de los Jueces, no solo es sorprendente sino también impresionante!
Nos revela como Jehová está en el control de lo que hacemos y de lo que decimos.
Y también que finalmente Dios ejerce su Autoridad sobre la vida de cada uno de nosotros.
Así como Abimelec fue destruido, así ocurre con la vida de algunas personas. Un caso que conocí muy de cerca, me sirvió como revelación para entender la gravedad de la práctica de la idolatría.
Especialmente tremendo resulta para el Eterno, cuando caemos en la idolatría. En cualquier forma de idolatría, desde la más común como es la del dinero hasta la más íntima que podamos albergar.
He pensado muchas veces como es posible que sabiendo lo que se me enseñó, pueda caer en la idolatría, que ofende al Señor y a su Palabra.
Puedo asegurar que en más de una ocasión, debo sujetar mis pensamientos y mis actitudes, para que no me lleven a la idolatría.
Los pensamientos porque son los determinan mi forma de obrar, mis actitudes, porque son el reflejo de lo que tengo en mi corazón.
Un idólatra es alguien que sabiendo quién es el Soberano, se torna rebelde por seguir a un ídolo humano o sobrenatural, que pensamos que tiene un poder que nos puede beneficiar.
O más simplemente, un humano al que me gustaría parecerme, del que me gustaría tener sus posesiones y del que me gustaría tener la notoriedad de la que carezco.
Recordemos a Abimelec!
Jueces 9:56-57
Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos.
Y todo el mal de los hombres de Siquem lo hizo Dios volver sobre sus cabezas, y vino sobre ellos la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.
Diego Acosta / Neide Ferreira