Despidiendo un año y recibiendo a otro, los balances están marcados por situaciones personales y también por la peste, que sigue influyendo en la vida cotidiana. Pensar en el Prójimo elimina el egoísmo. Diego Acosta – CARTA DE ALEMANIA
El apóstol Pablo señalaba como uno de los grandes errores humanos, la vocación por la exaltación personal y la llamó vana-gloria.
Siguiendo con esa idea también podríamos hablar de otro de los grandes errores de los humanos que es la im-previsión.
Es decir, hacemos lo contrario de lo que deberíamos, aunque las advertencias sugieran ser más que prudentes con relación al futuro. Y esta norma de prudencia debería extremarse si se trata de quienes tienen la alta responsabilidad de administrar los Estados.
Resulta sorprendente e indignante, que a pesar de las advertencias no se hubieran dotado de los elementos imprescindibles para resguardar la salud de quienes precisamente, deben cuidar de la salud de la población.
Contrasta dramáticamente esta situación con la decisión tomada por el gobierno de la Canciller Angela Merkel en Alemania, cuando pidió que se hiciera un simulacro de pandemia por virus, en el año 2012. Hace ocho años!
Las consecuencias de la im-previsión y de lo opuesto, lamentablemente están muy a la vista. Lo dramático, es que muchos países tienen más pacientes muertos de los que podrían haberse salvado si se hubiera obrado con sensatez. Sin im-previsión.