VOTOS Y ORACIÓN

LA OTRA HISTORIA

Este año tiene la singularidad de que alrededor de la mitad de la población mundial deberá participar de elecciones para consagrar nuevas autoridades.

Esta circunstancia es realmente sorprendente porque en mucho tiempo no se había planteado una situación semejante, restando en lo que falta de 2024 la convocatoria en países muy poblados.

Ante ello los cristianos debemos orar clamando por las autoridades elegidas o a elegir. Es una de nuestras grandes responsabilidades como miembros de la sociedad.

Recordamos lo que Pablo escribió en su Carta a los Romanos Capítulo 13, del 1 al 3: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.  De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.  Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella.

Diego Acosta

AUTORIDADES

 

Blog del TIEMPO!

En los últimos días ha quedado de manifiesto una vez más la infinita Sabiduría que recibimos los hombres de la Palabra de Dios.

Esto lo relacionamos con la demanda de que oremos por las autoridades, a propósito de la polémica que han mantenido públicamente los mandatarios de dos países, uno europeo y otro americano.

Resulta asombroso como dos personas a las que se les supone un grado diferente de raciocinio y serenidad, se hayan enfrentado de la manera en que lo han hecho.

Incluso ignorando la realidad de que aún en ejercicio de sus funciones, representan a dos países que han existido y seguirán existiendo antes y después de sus mandatos.

Esta confrontación dialéctica no soluciona ningún problema y por el contrario agrava cualquier posibilidad de entendimiento, que es la responsabilidad de los gobernantes.

Ante este penoso momento de la actualidad internacional, nos queda el Mandato de orar por las autoridades.

Diego Acosta

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