Blog del TIEMPO
La Organización Mundial de la Salud ha advertido que el problema del corona virus, puede convertirse en una pandemia.
Un llamado de alerta que debe ser considerado con el realismo que este tipo de situaciones demanda. Pero sin dramatizar el problema, para que las soluciones a aplicar sean las mejores o por lo menos las más sensatas.
La propagación desde China, debería ser considerada como una grave falta de previsión o de precaución y en el peor de los casos de una inadmisible incapacidad para controlar situaciones de emergencia.
El presidente chino dijo públicamente que había reclamado medidas eficaces para combatir el virus, pero evidentemente o no fue escuchado o no hubo personas idóneas para controlar que la situación se convirtiera en lo que estamos constatando.
Mientras tanto es legítimo pensar que se esté sugiriendo que estamos frente a una situación que puede tener un cierto parangón con las plagas bíblicas, que terminaron con la liberación del pueblo israelita de Egipto.
Es muy difícil afirmar que efectivamente estamos ante una grave posibilidad de un mayúsculo caos como consecuencia de la propagación del virus, que podríamos llamar plaga.
Lo que sí resulta evidente que estamos ante una situación de alto riesgo. Y también comprobando como la miseria humana se manifiesta en medio de las grandes situaciones, como por ejemplo el encarecimiento de las mascarillas protectoras o lo que es peor, la venta de falsas mascarillas.
Podríamos decir, que si es difícil controlar el virus, no debería ser tan difícil controlar a los que medran con el miedo de las personas. Siempre nos queda el mayor recurso: Clamar a Dios!
Diego Acosta
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