BENDECIR A LOS HIJOS

DEVOCIONAL

El padre en su condición de autoridad espiritual de la familia, tiene la alta responsabilidad de ejercerla en todos los momentos importantes que vivan sus miembros.

Concretamente hablamos de bendecir a los hijos, cuando inician un tiempo trascendente en sus vidas, como es el comienzo de un año escolar.

Las imágenes de padres bendiciendo a sus hijos en Israel, al iniciarse un nuevo período lectivo, constituyen un recordatorio eficaz que no debemos dejar de ejercer.

Me resultó conmovedor ver como los padres de los niños israelíes bendecían a sus hijos, proclamando el Amor y el cuidado del Altísimo sobre la vida de quienes constituyen su heredad.

Las responsabilidades de los padres son indeclinables y se trata de cumplirlas cualquiera sean las circunstancias, en la intimidad del hogar y en la evidencia de las públicas.

Si no bendigo a mi hijo, lo estoy privando de la Bendición del Todopoderoso, para que crezca sabiendo que más importante que declarar, es obrar con Obediencia al Eterno.

Salmo 115:14
Aumentará Jehová bendición sobre vosotros;
sobre vosotros y sobre vuestros hijos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

LA CUESTIÓN DEL BESO

ANTIVIRUS

Desde hace varios días se mantiene la polémica acerca de la conducta de un dirigente con una futbolista. Incluso hay quienes defienden la actitud, justificándola con el momento que se vivía.

Cuesta trabajo entender como se puede obrar de esa manera, en momentos en los que precisamente, el directivo debería permanecer al margen, para dar espacio al protagonismo de la deportista.

Lo ocurrido no es bueno para nadie. Ni mucho menos ejemplar para quienes puedan interpretarlo como una licencia adquirida por el rango de decisión alcanzado.

No se trata de practicar ninguna forma de feminismo, se trata de defender el respeto que todos nos debemos en una sociedad a la que llamamos civilizada.

Y nos viene a la memoria el Proverbio que dice: Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?

Diego Acosta

LA MASACRE DE MUNICH

BLOG DEL TIEMPO

Mientras se desarrollaba la segunda semana de los Juegos Olímpicos en Munich, en el sur de Alemania, el 5 de septiembre de 1972, terroristas palestinos tomaron como rehenes a once miembros de la delegación oficial de Israel.

El gravísimo episodio terminó con el asesinato de once israelíes, un policía alemán muerto y cinco palestinos caídos en la operación de rescate.

A pesar de la ostensible gravedad de este suceso, la cúpula del Comité Olímpico mantuvo la realización de los Juegos que se tiñeron con la sangre de inocentes.

Diego Acosta

EL SILENCIO

DEVOCIONAL

Jesús enseñó en el momento de su juicio  en Jerusalén el alto valor del silencio. Lo que significa callar cuando seguramente la actitud natural de los seres humanos sería lo contrario.

El Hijo del Hombre no se defendió y ante las reiteradas preguntas siguió guardando silencio, para evidenciar que de nada vale que nos justifiquemos y mucho menos que nos defendamos.

Esto es válido si tenemos en nuestro corazón la certeza de que es Dios el que justifica, de que es el Padre quién nos defiende y qué confiando en eso, permanecemos callados.

Estas reflexiones me hacía a propósito de una situación en la que en otros tiempos y en las mismas circunstancias, hubiera tratado de defenderme y aclarar mi causa.

Teniendo la convicción de no haber hecho nada malo y de que el Todopoderoso lo sabe más que nadie, tengo que pensar que la justificación, llegará, pero nunca por mi propia defensa.

Marcos 15:4 Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan.

Diego Acosta / Neide Ferreira

LO QUE IMPIDE

 

DEVOCIONAL

Siempre me ha impresionado como algunas personas se afanan buscan y rebuscan para calmar sus ansiedades o satisfacer sus necesidades o también solucionar sus dramas.

Lo que verdaderamente asombra es que luego de tantos fracasos, esas personas se nieguen a escuchar hablar de Dios y de su Hijo Jesús.

Por qué lo hacen?

Por experiencia personal podría decir que el impedimento es el orgullo, o la vanidad, o la confianza en la propia fuerza y que nos lleva a negar que  precisamos la ayuda del Todopoderoso.

Es muy triste comprobar que ha pesar de las evidencias haya quienes se sigan negando a tener la Verdad en sus vidas y que esa Verdad sea capaz de transformar el lamento en baile como decía David.

Es necesario admitir entonces, que no son nuestras palabras las que llevan convencimiento a la mente y al corazón, sino la Obra Poderosa del Espíritu Santo. Nuestra parte termina, cuando dejamos de hablar…

Efesios 4:14  Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error

Diego Acosta – Neide Ferreira