COMO VIVEN?

CONGREGACIÓN
SÉPTIMOMILENIO

Escudriñando con rigor lo que ocurre a nuestro alrededor, podemos encontrar situaciones sorprendentes.

Por ejemplo: En un hospital pude apreciar como el dolor está más cercano y directo, máxime cuando afecta a seres queridos. Entonces parece que duele más.

Percibimos que el padecimiento del prójimo es más real y entonces recordamos cuando vivimos en nuestro cuerpo el rigor de la falta de sanidad.

Cómo modifica todo el dolor!

En algunas culturas acompañamos a los enfermos para ser atendidos en los hospitales. En otras, los enfermos van solos mayoritariamente, para buscar la solución al problema de sus cuerpos, que llamamos enfermedad.

En este último caso me puse a pensar por qué hombres y mujeres de todas las edades van solos a un hospital. Son más fuertes, son mejores, son superiores?

Creo que no.

Creo que se trata de una actitud diferente frente al dolor y a su significado. En algunas culturas lo asociamos directamente con la muerte y frente a ella con el miedo a que nos llegue la hora final.

Quienes van solos, pareciera que no tienen ese miedo y toman el final con naturalidad, formando parte del ciclo vital: Nacer, vivir, morir.

Es bastante difícil percibir en algunas personas el agobio que produce el miedo al dolor físico y la tremenda carga del temor espiritual ante la incertidumbre de la muerte.

Pero haciendo memoria de mi propia vida, recuerdo cuando estuve verdaderamente enfermo, en dos situaciones muy diferentes: Una sin Dios y otra con el Eterno en mi vida!

Sin la certeza del cumplimiento de la Promesa de Vida Eterna, es fácil experimentar la angustia por el dolor presente y por el futuro, porque no sabemos cómo será luego de la muerte.

Teniendo al Creador a nuestro lado, resulta tolerable el penar físico, porque sabemos que nos puede llevar al momento en que se iniciará la Vida prometida.

Puede que tratando de entender a quienes van solos al hospital, quizás no precisen compañía, como otros, porque en algún momento de su existencia alguien les habrá hablado de la Confianza que solo puede inspirar el Todopoderoso. Como a nosotros!

Diego Acosta

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CALIDAD

DEVOCIONAL

En el mundo se considera la educación de calidad, como uno de los elementos que definen la situación de un país.

Es decir, se habla de que el nivel de enseñanza que se imparte en los colegios públicos, es alto y permite el desarrollo de los niños pensando en su futuro.

Tomando en cuenta estos pensamientos, me he preguntado si quienes nos llamamos hijos de Dios, también pensamos en la educación de calidad?

Realmente le damos a nuestra descendencia la educación que pueda llamarse de calidad, con relación al Eterno?

Pienso que la respuesta sincera debería ser NO!

Estoy demasiado ocupado en mi propia vida, que ni siquiera soy capaz de ocuparme de lo que estudian mis hijos o mis nietos en la escuela, dejando de lado mi responsabilidad indeclinable e intransferible.

Al Creador y a mis hijos debo ofrecerle lo mejor de mí, no los restos del tiempo que me sobra tras dedicarle atención a ese personaje tan importante que soy yo mismo.

Esto me será reclamado!

Deuteronomio 12:27
Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando,
para que haciendo lo bueno
lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios,
te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre.

Deuteronômio 12:27
Guarda e ouve todas estas palavras que te ordeno,
para que bem te suceda a ti e a teus filhos,
depois de ti para sempre, quando fizeres o que for bom e reto
aos olhos do Senhor, teu Deus.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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ORACIÓN – Por rebeldes

Oremos por los que se rebelan contra Dios!

Oremos por los que se apartan de Dios ante cualquier dificultad!

Oremos por los que son piedra de tropiezo para otras personas!

Oremos para que la Misericordia cubra a los desesperados!

Oremos por los orgullosos que no admiten la Soberanía del Eterno!

Oremos por los que se niegan a reconocer a Jesús como su Señor!

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VALORAR

DEVOCIONAL

Como parte de la especie, cometo los mismos errores que muchos hombres y mujeres. Uno de ellos es el de no saber darle valor a lo que Dios nos ha dado.

Así de simple y de tremendo!

La consecuencia es que como no soy capaz de percibir todo lo bueno que tengo, entra en mí el espíritu de queja que no me deja crecer en las cosas del Eterno y por lo tanto me impide ser un hombre nuevo.

Resulta importante tratar de comprender por qué no le damos valor a lo que hemos recibido del Altísimo.

Una de las explicaciones puede ser que nuestro mundo imaginario es diferente del real y no terminamos de aceptar esta situación y dejamos que la fantasía controle nuestra mente y nuestro entendimiento.

Sin embargo es en el mundo real donde debemos percibir el Amor de y la Misericordia de Dios. Que son tan grandes como no nos podemos imaginar. Tal vez por eso, es que no sepamos valorar lo que recibimos, porque no somos capaces de imaginar su infinita Grandeza!

Job 35:7
Si fueres justo,
¿qué le darás a él?
¿O qué recibirá de tu mano?

35:7
Se fores justo,
que lhe darás,
ou que receberá da tua mão?

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DISPOSICIÓN

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Una de las más frecuentes acciones que se utilizan en el mundo son las motivacionales, que no son otra cosa que impulsar a quienes deben realizar determinadas tareas a que las hagan con un cierto margen de rigor o ampliando la visión, con eficacia.

La existencia de estas acciones demuestran en forma categórica que a la mayoría de las personas hay que motivarlas para que hagan lo que tienen que hacer, con un mínimo de diligencia.

Curiosamente estos comportamientos también se repiten en las congregaciones, acentuando una vez más la idea, de que cada vez más el mundo está influyendo en la Iglesia de Jesús.

Es más que evidente que siendo como somos, discípulos del Hijo del Hombre, no precisaríamos que se nos impulse, que se nos aliente a cumplir con nuestras obligaciones.

Tristemente advertimos que ese impulso motivacional es necesario, porque la indolencia y también la queja, son lugares comunes entre quienes integramos las congregaciones.

Hay quienes se consideran superiores a sus responsabilidades y por lo tanto las hacen a menos y cuando se deciden a cumplirlas, lo demuestran con mucha claridad.

De esta manera podemos comprobar que quién trabaja por obligación se queja por convicción!

No se tiene en cuenta que quién trabaja no está realizando una determinada tarea, sino que está sirviendo. Y cada vez que la cumplimos honramos al Señor.

Por eso es que resulta tan importante y tan agradable poder ver a muchos hermanos y hermanas, que no se sienten degradados por ningún trabajo que les sea encomendado y por el contrario los realizan con alegría.

Esta diferencia en la disposición, marca también niveles en el mundo y también lo hacen en la Iglesia!

De qué sirve la obra de unas manos que están condicionadas por la queja?

De qué sirve el esfuerzo que se considera sacrificio?

Estas preguntas son las que nos debemos hacer cuando declaramos con nuestra boca, que estamos dispuestos a servir y no a ser servidos, tal y como lo enseñó Jesús.

El Eterno no nos demanda sacrificios. Demanda nuestro corazón!

Y es en nuestro interior donde está o debería estar, la voluntad de servir con la misma humildad y mansedumbre , con la que sirvió el Señor!

Diego Acosta

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TEOREMA

DEVOCIONAL

Una profesora explicaba sobre las matemáticas y dejó una frase sorprendente: Los teoremas son para siempre.

En su razonamiento era perfectamente entendible el argumento, por cuanto las resoluciones una vez obtenidas, son inmutables.

Este argumento me hizo pensar acerca de la certeza que tienen algunas personas con relación a las precisiones que se obtienen del conocimiento, pero  que en cambio muchas de ellas no son capaces de aplicarlas a su propia vida.

Resulta probable que si cambiáramos el argumento de un teorema, que es para siempre y lo aplicáramos a la Eternidad de Dios, difícilmente sería aceptado, porque se cuestionaría la existencia del Creador.

En esta contradicción desarrollamos nuestra vida, ignorando o pretendiendo ignorar que un día llegará el final y nos encontraremos frente a una tremenda realidad: Como será nuestra eternidad!

Será un tiempo indefinido junto al Eterno o será un tiempo indefinido de dolor y desesperanza, por negarlo.

Esta es nuestra mayor decisión! Y será para siempre!

Salmo 103:17
ES – Mas la misericordia de Jehová
es desde la eternidad y hasta la eternidad
sobre los que le temen,
y su justicia sobre los hijos de los hijos.

PT –  Mas a misericórdia do Senhor
é de eternidade a eternidade
sobre aqueles que o temem,
e a sua justiça sobre os filhos dos filhos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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OBSTINADO

DEVOCIONAL        

Una de las características que tenemos los seres humanos, es que somos obstinados.

Bajamos la cabeza y avanzamos…sin saber muy bien a donde vamos, pero siempre hacia adelante, como si no pudiéramos ser capaces de hacer una pausa y pensar.

Hay imágenes que nos hacen reflexionar y viendo las de unas escaleras que parecen no tener fin, me vino a la memoria un tiempo de mi vida en que tenía una escenografía parecida.

Escaleras y escaleras…sin saber a dónde me dirigían, pero siempre avanzando!

Está mal avanzar?

Evidentemente No.

Lo que está mal es avanzar sin sentido, sin dirección y sin propósito!

Esto es lo que nos propone el mundo, para que agotemos nuestros esfuerzos en pura vanidad, en pura fantasía y en nada que representa algo para los demás.

Por eso Jesús cambió mi vida y cambiará la de quienes lo acepten!

Solamente con el Hijo del Hombre, comprenderé cuál es el gran Propósito del Eterno, cuando nos dejó la Promesa irrevocable de ser sus hijos y tener vida eterna. Y esto, no es para obstinados!

Salmo 64:5
ES – Obstinados en su inicuo designio,
tratan de esconder los lazos,
y dicen: ¿quién los ha de ver?

PT –  Firmam-se em mau intento;
falam de armar laços secretamente e dizem:
Quem nos verá?

Diego Acosta / Neide Ferreira

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MIRAR O VER…

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Si reparamos en el significado profundo de algunas palabras comprobaremos también, como son nuestras actitudes como hijos de Dios.

Muchas veces miramos…casi con displicencia, dejando que nuestros ojos solamente perciban lo que resulta evidente, sin llegar a detenernos en ningún detalle.

A eso le llamamos mirar!

Ahora pensemos como era la actitud de Jesús con relación a todo lo que lo rodeaba, a todos los que lo rodeaban. En ningún caso el miró nada, pero si percibió con sus ojos otra cosas.

El estaba viendo a los hombres y a las mujeres que lo rodeaban como seres que precisaban de su ayuda, de su Amor, de su Misericordia y también de su palabra severa para corregir sus conductas.

Jesús percibía como era el interior de las personas, observaba, examinaba lo que se hacía y lo que se hablaba. Consideraba lo que estaba bien y lo que estaba mal y reflexionaba o advertía.

Y como obro en lo personal? Simplemente miro o me esfuerzo por ver?

La diferencia marca con rotundidad lo que tenemos en nuestro corazón, lo que hemos aprendido del Hijo del Hombre y lo que deseamos hacer con su Mandato.

Si solamente miramos, tal vez nos podamos sentir superiores ante quienes viven con tribulaciones, dificultades o han caído por ser débiles o por ser esclavos del pecado.

Si a las mismas personas las viéramos con la mirada intensa de Jesús, todo cambiaría, porque no habría sentimientos de superioridad ni de grandeza, ni de poder ni de gloria. Todo lo contrario.

Viendo al prójimo, podremos comprender en profundidad aquello que nos enseña la Palabra: LLorar con el que llora, sufrir con el que sufre… y por qué no, reír con el que ríe.

Dejemos de mirar lo superficial, lo mundano, lo frívolo y cambiemos la dirección de nuestra mirada. Si no lo hacemos dejaríamos de ver a un hombre como Pedro o a otro tan diferente como Pablo.

Tanto una cosa como la otra depende de lo que tengamos en el corazón. Oremos para que el Eterno nos conceda la Gracia de comenzar a ver la vida de otra manera. La personal y la de quienes nos rodean, de nuestro prójimo.

Así comenzaremos a comprender a Jesús y comenzaremos a ser mejores discípulos.

Diego Acosta

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