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Una ministra defendió la idea de que los niños pueden tener relaciones sexuales con cualquiera, siempre y cuando que sean consentidas.

Bajo la supuesta fachada de progresismo y modernismo se esconden propósitos que nos deben hacer reflexionar con relación a nuestro rol de padres, de abuelos y las responsabilidades que les son propias.

Esta afirmación sobre la libertad sexual de los niños, es una gigantesca puerta abierta para que las personas que practican todas las formas de pederastia, puedan ingresar a sus vidas.

Pensemos: Tiene un niño la capacidad de decidir el poder tener relaciones sexuales y con quién?

Esta pregunta es la que encierra el fondo de la cuestión. Desde el estado no se pueden controlar a nuestros hijos y menos para introducirlos en las prácticas propuestas tan brutalmente.

Es triste y dramático a la vez, que la ministra haya puesto en riesgo, a la vida de sus propios hijos. Olvidando que es Jesús quién los guarda.

Diego Acosta