Mientras Israel está en guerra con los árabes musulmanes que buscan su desaparición, no olvidemos que Israel es el Pueblo de Dios y que todo lo ocurre está bajo su Poderosa Voluntad. Confiemos en su Victoria y en su Justicia. Diego Acosta – MENSAJE
La comprensión de que Dios es quién ha decidido todo lo que nos ocurre, nos afecta porque cuando lo entendamos y lo aceptemos será un cambio radical en nuestra vida.
Muchas veces me ha resultado dificultoso comprender esta Verdad, por cuanto he perdido el tiempo innecesariamente en debatirme frente a situaciones que se escapan totalmente de mi control.
Esta pérdida es más grande todavía, porque no solamente consumió mis días, sino también mi energía y fundamentalmente por momentos hasta mi confianza en el Todopoderoso.
Recuerdo como lentamente inicié el camino de aceptar la absoluta Soberanía del Eterno sobre mi vida y recuerdo también cuánto me costó entender que era así y no como yo suponía que era.
De esta manera mi vida se fue transformando y soy más sensible a la Voluntad de Dios y presto menos atención a mis argumentos, a mis ideas y a mis planes.
Porque finalmente todo lo que me ha ocurrido y me ocurrirá, siempre será lo mejor para mí, porque esa es la Voluntad del Señor sobre mi vida.
Job 26:14 He aquí, estas cosas son solo los bordes de sus caminos;
¡Y cuán leve es el susurro que hemos oído de él!
Pero el trueno de su poder, ¿quién lo puede comprender?
Sí podemos, asumiendo las consecuencias que tiene la desobediencia al Creador de todas las cosas.
Moisés puso objeciones y cientos de años más tarde, también lo haría Jeremías. Pero tanto en un caso como en el otro, Dios ratificó que sus decisiones son inapelables.
Es llamativo el caso de Jeremías, a quién el Soberano anunció su decisión de convertirlo en uno de sus profetas.
Moisés declinó el mandato por ser un hombre mayor y también por ser torpe de lengua. Jeremías en cambio, defendió su situación con el argumento de la juventud.
Pero recibió una categórica respuesta!
Cada vez que este pasaje viene ante mi realidad, lo asumo como algo personal, porque me obliga a pensar sobre cómo reaccionaría si recibiera un mandato que no fuera el que yo podría esperar.
Y con el paso del tiempo, cada día comprendo más, que el principio de la Obediencia es del principio sobre el que se fundamenta la Bendición del Eterno.
Puedo pensar que el mandato no me gusta o que preferiría hacer algo diferente. Pero es un pensamiento pequeño como yo mismo soy, un hombre pequeño.
Además siempre miro por lo que mi mente considera que es lo bueno, pero me olvido que Dios siempre tendrá lo mejor para mí y para todos quienes acepten su Soberanía.
Jeremías recibió un duro mandato, con más precisiones para llevar advertencias de Juicio que de buenos mensajes. Pero Jehová le prometió que siempre pondría palabras en su boca.
Y esa promesa es válida para él y también para mí y para todos.
Jeremias 1:7
Mas o Senhor me disse: Não digas: Eu sou uma criança;
porque, aonde quer que eu te enviar, irás; e tudo quanto te mandar dirás.
Jeremías 1:7
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño;
porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.